La Iglesia anglicana de Australia también aprueba el sacerdocio de la mujer
La Iglesia anglicana de Australia aprobó ayer, por el estrecho margen de un voto, la ordenación de las mujeres. El Sínodo general, la máxima autoridad de esta confesión religiosa, derogó una antigua ley que impedía hasta ahora el acceso de la mujer al sacerdocio. De esta forma, Australia sigue el ejemplo de Inglaterra, que tomó esta misma decisión el pasado 11 de noviembre.
Partidarios de la incorporación de la mujer al sacerdocio y algunas de las 170 diáconas australianas que esperan ser ordenadas celebraron juntos la victoria.
"Necesitamos dar este paso si queremos avanzar ...
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La Iglesia anglicana de Australia aprobó ayer, por el estrecho margen de un voto, la ordenación de las mujeres. El Sínodo general, la máxima autoridad de esta confesión religiosa, derogó una antigua ley que impedía hasta ahora el acceso de la mujer al sacerdocio. De esta forma, Australia sigue el ejemplo de Inglaterra, que tomó esta misma decisión el pasado 11 de noviembre.
Partidarios de la incorporación de la mujer al sacerdocio y algunas de las 170 diáconas australianas que esperan ser ordenadas celebraron juntos la victoria.
"Necesitamos dar este paso si queremos avanzar como iglesia", dijo el arzobispo Keith Raynor, primado de Australia. Raynord estimó que alrededor de 60 mujeres pueden ser ordenadas sacerdotes esta misma Navidad como consecuencia de la votación. El mensaje del primado a los fieles que, no conformes con esta decisión, quieran abandonar la iglesia anglicana fue el siguiente: "Les echaremos de menos y deben tomar su decisión en conciencia".
La votación fue muy discutida, según confirmaron miembros del Sínodo general reunido en Sydney. "Es estupendo para las mujeres diáconos, pero todos nosotros estamos exhaustos". La moción requería dos tercios de mayoría en cada uno de los estamentos del Sínodo, obispos, clérigos y laicos, para ser aprobada.
La iglesia anglicana permitió en 1986 el acceso de la mujer al diaconado, lo que las ha facultado hasta ahora para bautizar, casar y enterrar, pero no a administrar la eucaristía, la bendición y la absolución.