Extirpan un ojo y media cara a un enfermo de cáncer en una intervención quirúrgica

La familia de un enfermo de cáncer intervenido el pasado 6 de agosto en el hospital Gregorio Marañón se queja de la "pasividad de los médicos" que han atendido a Aurio Barranco del Saz, de 59 años, a quien le fueron extirpados un ojo y media cara.

El cáncer, que se ha ido extendiendo, se encuentra ahora próximo al cerebro. Uno de los hijos de Aurio, Jesús Barranco Gordo, cree que parte de la extirpación podría haberse evitado si los doctores que atendieron a su padre hubieran realizado a tiempo las pruebas pertinentes para determinar la enfermedad. "Pasé casi un año hasta que las re...

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La familia de un enfermo de cáncer intervenido el pasado 6 de agosto en el hospital Gregorio Marañón se queja de la "pasividad de los médicos" que han atendido a Aurio Barranco del Saz, de 59 años, a quien le fueron extirpados un ojo y media cara.

El cáncer, que se ha ido extendiendo, se encuentra ahora próximo al cerebro. Uno de los hijos de Aurio, Jesús Barranco Gordo, cree que parte de la extirpación podría haberse evitado si los doctores que atendieron a su padre hubieran realizado a tiempo las pruebas pertinentes para determinar la enfermedad. "Pasé casi un año hasta que las realizaron", denuncia.Uno de estos médicos, Temístocles Fernández Pérez, aclaró que, en las dos primeras intervenciones, al` paciente se le extirpó "un quiste sebáceo" que no tenía nada que ver con el mal cancerígeno que se detectó posteriormente en los huesos de la cara y que fue el motivo de la tercera y última operación que se practicó al enfermo.

El doctor Fernández Pérez indicó que pidió al enfermo, hace ocho meses, que se hiciera dos placas radiográficas, aunque no llegó a verlas. En su opinión, hubiesen servido para determinar la enfermedad que padecía y "evitado parte de la extirpación". "El paciente no volvió a la consulta con los resultados", matiza el médico.

Según relata Barranco, su padre fue visto en primer lugar por el médico Bernardo Gasque Díaz, del ambulatorio de la Seguridad Social de la localidad de Campo Real, el lugar donde reside, y enviado al ambulatorio de Moratalaz para que lo atendieran en el área de dermatología, donde se le descubrió "un cuerpo extraño" en la mejilla izquierda. Desde este centro se le envío al hospital Virgen de la Torre para que le fuera extirpado. Esto ocurría en octubre 1991.

El doctor Fernández Pérez, que empezó a atender al paciente en diciembre de 1991, aseguró que la patología que presentaba se debía a la lesión residual" de la primera extirpación, realizada por otro médico, cuya identidad no ha sido facilitada a este periórdico.

Resultado "negativo"

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En una segunda intervención, realizada por él, se le extirpó un resto del "quiste sebáceo", cuyos restos fueron analizados con resultado "negafivo". En febrero de este año se le practicó una biopsia, cuyo resultado vuelve a ser "negativo". Quince días después visitó a un oftalmólogo. En mayo repite que la lesión "no guarda ninguna relación con el problema ocular y de párpados que presenta el enfermo".El 12 de junio, el oftalmólogo, Pedro Serrano Martín, pide que se le haga un escáner. De él se desprende que Aurio Barranco "tenía destruido el hueso hemimaxilar izquierdo". Fue enviado a la sección de cirugía maxilofacial del Gregorio Marañón, donde permaneció un mes en lista de espera antes de ser intervenido el 6 de agosto. El paciente, que fue dado de alta el pasado día 5 de noviembre, está siendo alimentado por una sonda a través de la nariz.

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