Investigación bajo secreto judicial

La causa del síndrome Ardystil sigue sin descubrirse. Desde que, el pasado 15 de febrero, la muerte de la trabajadora de Ardystil Isabel Miró, de 28 años, abriese un intenso proceso investigador, los responsables sanitarios sólo han conseguido una panoplia de hipótesis. Todas se basan en la inhalación de las mezclas que se empleaban en la aerografía. Los responsables de la investigación sanitaria, sin embargo, se mantienen en silencio. "El agente causal permanece desconocido", insistían ayer en la Consejería de Sanidad de la Generalitat valenciana, en un discurso que se repite.
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La causa del síndrome Ardystil sigue sin descubrirse. Desde que, el pasado 15 de febrero, la muerte de la trabajadora de Ardystil Isabel Miró, de 28 años, abriese un intenso proceso investigador, los responsables sanitarios sólo han conseguido una panoplia de hipótesis. Todas se basan en la inhalación de las mezclas que se empleaban en la aerografía. Los responsables de la investigación sanitaria, sin embargo, se mantienen en silencio. "El agente causal permanece desconocido", insistían ayer en la Consejería de Sanidad de la Generalitat valenciana, en un discurso que se repite.

Parte del mutismo responde a que el motivo de la enfermedad es objeto de investigación judicial. De su descubrimiento depende el esclarecimiento de la responsabilidad criminal. Un interés que mantiene en vilo a los 63 afectados y a las familias de los cinco fallecidos. De las mezclas utilizadas se sabe que no eran iguales en todas las empresas. Un factor asociado que se da por seguro es el pésimo estado de las instalaciones.

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