Interior confía en la ayuda marroquí para frenar la avalancha de 'ilegales'

El Gobierno español confía cada vez más en la colaboración de Marruecos para controlar la afluencia masiva de inmigrantes clandestinos en el estrecho de Gibraltar, según fuentes del Ministerio del Interior. El ministro marroquí de Emigración, Ratig Haddaui, llegó ayer a Madrid para estudiar la situación. La Guardia Civil del Mar se desplegará en la zona conflictiva a finales de mes o comienzos del próximo, con cinco embarcaciones de nueva construcción.

El Ministerio del interior cree que se ha producido en los últimos meses un cambio de actitud muy positivo por parte del Gobierno de Mar...

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El Gobierno español confía cada vez más en la colaboración de Marruecos para controlar la afluencia masiva de inmigrantes clandestinos en el estrecho de Gibraltar, según fuentes del Ministerio del Interior. El ministro marroquí de Emigración, Ratig Haddaui, llegó ayer a Madrid para estudiar la situación. La Guardia Civil del Mar se desplegará en la zona conflictiva a finales de mes o comienzos del próximo, con cinco embarcaciones de nueva construcción.

El Ministerio del interior cree que se ha producido en los últimos meses un cambio de actitud muy positivo por parte del Gobierno de Marruecos ante el problema de la emigración clandestina con destino a España. El principal indicio es el acuerdo para intercambiar asesores policiales entre ambos países, con el objetivo central de seguir asuntos de emigración clandestina y tráfico de drogas.Marruecos está aplicando también de forma satisfactoria el acuerdo de febrero pasado sobre repatriación de inmigrantes ilegales en España nacionalizados en terceros países. Tras una falta de entendimiento durante los primeros meses, el país magrebí ha acogido ya a unos 200 africanos llegados al Campo de Gibraltar desde sus costas.

Sin embargo, el impacto de las medidas adoptadas el pasado día 7 por el Gobierno de Hassan II contra la salida desde Marruecos de emigrantes clandestinos no ha podido ser evaluada aún por la policía y los servicios de vigilancia costera. La razón es que la llegada del mal tiempo ha reducido al mínimo los intentos de cruzar el Estrecho en las frágiles embarcaciones empleadas habitualmente por los traficantes.

Cinco embarcaciones

A finales del presente mes o comienzos de noviembre se iniciará en la zona el despliegue de la Guardia Civil del Mar, otra de las medidas en que confía Interior para disuadir a los inmigrantes ilegales. Las unidades marítimas del instituto armado contarán en tomo al estrecho de Gibraltar con cinco embarcaciones, dotadas de los más modernos medios de detección electrónica que les permitirán descubrir con antelación los movimientos de las pateras. En lo que va de año, han sido detenidos en las costas del Mediterráneo y repatriados más de 2.000 inmigrantes ilegales.

La visita del ministro de Emigración marroquí, Ratig Haddaui, tiene por objeto estudiar con miembros del Gobierno español la situación de sus compatriotas y examinar el estado del problema de la llegada de ilegales. Haddaui celebrará entrevistas, según informa Europa Press, con los titulares de Interior, José Luis Corcuera; Trabajo, Luis Martínez Noval, y Asuntos Sociales, Matilde Fernández. El ministro magrebí se desplazará dos días a Barcelona y Málaga, donde mantendrá encuentros con las colonias marroquíes.

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Por su parte, el secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Inocencio Arias dijo ayer en Granada durante la apertura del tercer encuentro del Grupo de Estudios y de Investigación sobre el Mediterráneo que ni la vigilancia policial, a pesar de sus éxitos, medidas adoptadas por Marruecos podrán acabar con "el tráfico apestoso de los negreros de las pateras" y se pronunció por ayudas al desarrollo que ayuden a este país a salir de la pobreza, informa

Afi Oumlil, presidente de la Organización Marroquí de los Derechos del Hombre, se lamentó de que España, por su situación geográfica, sea el "país sacrificado que actúa como barrera para que las inmigraciones no lleguen a otras naciones europeas". Para Oumlil, la inmigración norteafricana no es un problema exclusivo de España.

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