Giscard se lanza a la reconquista de la presidencia francesa

Que Valéry Giscard d'Estaing aspira a reconquistar la presidencia de la República Francesa ya no es un secreto a voces. El propio Giscard acaba de hacer oficial su candidatura. El líder centrista apuesta por una jubilación anticipada de François Mitterrand y intenta sacarle unos largos de ventaja a su eterno rival en el seno de la coalición de centro-derecha, Jacques Chirac. La descomposición del poder socialista y las especulaciones sobre la salud de Mitterrand son el telón de fondo de estas prisas.En una entrevista con la popular periodista de televisión Anne Sinclair, Giscard ha desvelado s...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Que Valéry Giscard d'Estaing aspira a reconquistar la presidencia de la República Francesa ya no es un secreto a voces. El propio Giscard acaba de hacer oficial su candidatura. El líder centrista apuesta por una jubilación anticipada de François Mitterrand y intenta sacarle unos largos de ventaja a su eterno rival en el seno de la coalición de centro-derecha, Jacques Chirac. La descomposición del poder socialista y las especulaciones sobre la salud de Mitterrand son el telón de fondo de estas prisas.En una entrevista con la popular periodista de televisión Anne Sinclair, Giscard ha desvelado sus intenciones y ha trazado las líneas generales de su programa electoral. Propone una reducción del mandato presidencial de siete a cinco años, la explotación de las ventajas que para Francia representa la Unión Europea y la incorporación de una nueva generación de dirigentes a la vida política.

Giscard rechaza de plano la posibilidad de una segunda cohabitación entre Mitterrand y un Gobierno de centro-derecha tras las elecciones legislativas del próximo marzo, que se presentan catastróficas para el poder socialista. Según su análisis, la crítica situación política, económica y social de Francia no permite una repetición de la experiencia de 1986-1988, cuando Mitterrand siguió ejerciendo la presidencia con Chirac como primer ministro. Los franceses, dice Giscard, desean que los socialistas abandonen todas las instancias del poder, incluida la jefatura del Estado, y aspiran a un liderazgo único y fuerte.

En los días que siguieron al referéndum sobre el Tratado de Maastricht, Chirac ya había rechazado la idea de una nueva cohabitación. Pero Giscard y Chirac saben que ésta será inevitable si Mitterrand decide terminar su segundo mandato presidencial, que culmina en 1995. Si el jefe del Estado, que domina el calendario político, no anticipa la elección presidencial, el centro-derecha se verá obligado a designar primer ministro.

Se pensaba que Giscard aspiraba a ser el primer ministro de una segunda cohabitación. Era una idea difundida por el propio Mitterrand. Pero el interesado descarta ahora esa posibilidad y se lanza a pecho descubierto a la reconquista del Elíseo.

Si Giscard ha dado ese paso es porque está convencido de que Mitterrand no terminará su segundo mandato. El cáncer de próstata del presidente socialista se ha convertido en el principal elemento de la vida política francesa. Mientras unos aseguran que el lento desarrollo de esta enfermedad otorga a Mitterrand varios años de plenitud de fuerzas, otros creen que el mal es mucho más profundo de lo que se dice oficialmente.

Al anunciar a Anne Sinclair su candidatura a la presidencia, Giscard pretende empujar a Mitterrand hacía la puerta de salida del Elíseo. El recurso que, según Giscard, tiene Mitterrand para retirarse con honor es cumplir sus propias promesas. En otoño del pasado año, el presidente anunció a bombo y platillo una reforma constitucional que, entre otras cosas, reduciría el mandato a cinco años. Mitterrand dijo que esa reforma se efectuaría en el último trimestre de este año.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tomando al pie de la letra el anuncio de Mitterrand, Giscard le exige ahora que cumpla lo dicho, que reforme la Constitución, establezca el quinquenio, se lo aplique a sí mismo y se vaya.

Archivado En