Arafat pide a Solana la ayuda de España para impulsar el proceso de paz

El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, dio ayer una especie de aprobado a la política seguida, incluso en materia de derechos humanos, por el régimen del presidente tunecino, Zin el Abdin Ben Ali, al tiempo que tomó nota de la petición que le hizo el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, para que la Comunidad Europea (CE) aliente una negociación de paz palestino-israelí basada en "la legalidad internacional".Solana, que llegó el martes por la noche a Túnez, fue recibido ayer por el jefe del Estado tunecino antes de que se reuniesen las...

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El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, dio ayer una especie de aprobado a la política seguida, incluso en materia de derechos humanos, por el régimen del presidente tunecino, Zin el Abdin Ben Ali, al tiempo que tomó nota de la petición que le hizo el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, para que la Comunidad Europea (CE) aliente una negociación de paz palestino-israelí basada en "la legalidad internacional".Solana, que llegó el martes por la noche a Túnez, fue recibido ayer por el jefe del Estado tunecino antes de que se reuniesen las delegaciones de ambos países, presididas por los dos titulares de Exteriores, y, por último, se entrevistó con Arafat. A primera hora de la tarde voló a Argel, donde le recibió nada más llegar el presidente interino, Ali Kafi.

Arafat, que desde hace más de dos años no se ha entrevistado con ningún ministro español, transmitió a su interlocutor una visión pesimista y amarga del estancamiento del proceso de paz que se reanudó ayer en Washington. A pesar de los ligeros avances realizados, Arafat lamentó las resistencias de Israel a centrar la negociación en la puesta en práctica de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prevé la evacuación, de los territorios ocupados por el Ejército israelí.

A continuación, el líder palestino pidió el apoyo de España y de la CE para que el proceso de' paz, que se inició hace un año en Madrid, se inspire en esa base legal. Solana le escuchó, pero no compartió su pesimismo sobre la marcha de las conversaciones de Washington, que algunos integrantes de la delegación española atribuyen a que Arafat se siente marginado de la negociación. El ministro no se comprometió a hacerse eco ante los Doce de la petición de la OLP.

Punto de equilibrio

"El camino que están intentan do encontrar en Túnez debe si tuarse en un punto de equilibrio entre los requisitos de seguridad y estabilidad", amenazados por los integristas islámicos, "y el respeto de los derechos humanos", recalcó después ante la prensa el jefe de la diplomacia española. "Creo que se están adentrando con cierto éxito por esa senda", añadió, a pesar de las críticas formuladas por Amnistía Internacional por los atropellos perpetrados contra los islamistas.

En consecuencia, para Solana, "esta situación interna ofrece garantías para las relaciones bilaterales hispano-tunecinas y con la Comunidad Europea".

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El primer viaje del ministro a Túnez no tuvo, sin embargo, ningún carácter económico y, en consecuencia, no sirvió para desbloquear los problemas técnicos que han impedido hasta el momento la utilización por las autoridades de una línea de crédito de unos 10.000 millones de pesetas puesta a su disposición por España con motivo de la visita de Ben Alí a Madrid en 1991.

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