Cartas al director

Inmigrantes

A lo largo de todo el verano, y en el recién estrenado otoño, los medios de comunicación nos vienen dando noticia de inmigrantes ilegales procedentes del continente africano que mueren al intentar alcanzar nuestras costas. Quiero unir mi voz a la de tantos ciudadanos que angustiados ante la imágenes ofrecidas pensamos que algo hay que hacer. No basta, pero aplaudo la iniciativa de las organizaciones no gubernamentales (ONG), que convocan en las principales ciudades del sur de España, a las 48 horas de algún inmigrante muerto, a todos los ciudadanos que deseen manifestarse públicamente b...

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A lo largo de todo el verano, y en el recién estrenado otoño, los medios de comunicación nos vienen dando noticia de inmigrantes ilegales procedentes del continente africano que mueren al intentar alcanzar nuestras costas. Quiero unir mi voz a la de tantos ciudadanos que angustiados ante la imágenes ofrecidas pensamos que algo hay que hacer. No basta, pero aplaudo la iniciativa de las organizaciones no gubernamentales (ONG), que convocan en las principales ciudades del sur de España, a las 48 horas de algún inmigrante muerto, a todos los ciudadanos que deseen manifestarse públicamente bajo el lema "Por un Estrecho solidario". La sensibilización ciudadana es importante. ¿No cabría que alguna ONG promoviera iniciativas de este género en Madrid?El problema, no se resuelve con la sensibilización ciudadana, ciertamente, pero es importante, porque ¡ay del pueblo que se acostumbrara a los muertos que el propio sistema genera! Los obispos españoles, en un comunicado hecho público con motivo del Día de las Migraciones, defienden el derecho a emigrar "como una de las salidas más inmediatas para la población de los países subdesarrollados o que pasan hambre" y critican la insuficiencia de la Ley de Extranjería.

La sociedad española está embarcada en la patera que nos lleva a formar parte de la Europa de primera velocidad. Pero ¿nos hemos parado a reflexionar sobre los efectos que nuestro sistema genera fuera de las fronteras de los países ricos? Nuestra oferta de humanización no es universalizable y, por consiguiente, no es humana. La propuesta de un modelo de humanización y desarrollo basado en la solidaridad compartida, que sustituya al de la acumulación de capital y disfrute de la riqueza como motor de la historia, es urgente. -

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