Francia se opone en solitario a más concesiones en materia agraria

Estados Unidos y la Comunidad Europea van a intentar este fin de semana un nuevo esfuerzo para llegar a un acuerdo en la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio), que debía terminar hace casi dos años y viene languideciendo desde entonces, contribuyendo al pesimismo económico mundial.

Las dos superpotencias comerciales tienen numerosos contenciosos que han ido creciendo de volumen en el último año, al compás del propio deterioro de sus políticas interiores. El nuevo intento tiene como objetivo llevar a la Cumbre de los Doce, el próximo 16 de octubre en Birmingha...

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Estados Unidos y la Comunidad Europea van a intentar este fin de semana un nuevo esfuerzo para llegar a un acuerdo en la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio), que debía terminar hace casi dos años y viene languideciendo desde entonces, contribuyendo al pesimismo económico mundial.

Las dos superpotencias comerciales tienen numerosos contenciosos que han ido creciendo de volumen en el último año, al compás del propio deterioro de sus políticas interiores. El nuevo intento tiene como objetivo llevar a la Cumbre de los Doce, el próximo 16 de octubre en Birmingham, algo más que simples declaraciones. Francia se opone ferozmente a las concesiones que parecen estar dispuestos a realizar sus otros once socios europeos.Los secretarios de Comercio y de Agricultura norteamericanos, Carla Hills y Edward R. Madigan, se reunirán en Bruselas el domingo con los comisarios correspondientes de la CE, Frans Andriessen y Ray McSharry. A la urgencia del acuerdo sobre el GATT los organizadores han añadido el misterio: el encuentro se desarrollará en Bruselas en hora y lugar desconocidos, sin duración predeterminada y sin ningún tipo de publicidad.

Los representantes norteamericanos traen el encargo de Bush de ofrecer algún avance al electorado. El encargo de los representantes de la CE es mucho más complejo. De hecho sólo hay un país que se opone radicalmente la realizar concesiones sustanciosas a los EE UU. Es nada menos que Francia y la razón de su oposición son sus agricultores, que estuvieron a punto de poner punto final a la ratificación del Tratado de Maastricht, al gobierno socialista y posiblemente al mandato de Mitterrand.

En el Consejo de Ministros de la CE del pasado martes, Francia se quedó sola o escasamente acompañada en la mayor parte de los debates de fondo sobre política comercial y aduanera. El acuerdo final del consejo repite un estribillo que viene escuchándose en Bruselas desde el fracaso de la Ronda Uruguay, a los cuatro años de haberse iniciado. Los Doce aseguraron que debía llegarse a "un acuerdo general, global y equilibrado".

Guerra comercial

La guerra comercial entre EE UU y la CE no ha hecho más que aumentar de tono en los últimos meses. Washington ha prometido mayores subvenciones a sus exportadores de trigo y acaba de anunciar medidas antidumping contra ciertos productos siderúrgicos europeos, concretamente chapa laminada y chapa gruesa, que afecta a Francia, Alemania, Reino Unido y España. EE UU desea obtener restricciones en la producción europea de cereales y oleaginosas y pide que la nueva Política Agraria Común extienda mucho más la prevista congelación del 15% de la superficie cultivada. En cambio, Washington no desea una liberaización de los servicios, en el que son muy competitivas las empresas europeas, y principalmente las francesas. El desbloqueo de la Ronda Uruguay tendrá un impacto de 180.000 millones de dólares sobre el comercio mundial.

Las Cámaras de Comercio europeas, que agrupan a 13 millones de empresas, emitieron ayer un comunicado alertando sobre los peligros que encerraría un nuevo fracaso en las negociaciones del GATT.

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