Una forma para medir el riesgo y la solidez del emisor

La calificación de activos y de quienes los emiten -sean empresas, entidades públicas o Estados- es una práctica muy generalizada en los principales mercados de capitales del mundo. A través de la calificación, las agencias miden la solvencia o la calidad del riesgo que toma el inversor dando su opinión sobre tres puntos básicos: rentabilidad del activo, plazo de devolución del dinero prestado y solvencia del emisor. Una buena calificación facilita la colocación de títulos.La opinión de las agencias influye decisivamente en el precio de colocación de los activos (acciones, bonos, letras). En e...

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La calificación de activos y de quienes los emiten -sean empresas, entidades públicas o Estados- es una práctica muy generalizada en los principales mercados de capitales del mundo. A través de la calificación, las agencias miden la solvencia o la calidad del riesgo que toma el inversor dando su opinión sobre tres puntos básicos: rentabilidad del activo, plazo de devolución del dinero prestado y solvencia del emisor. Una buena calificación facilita la colocación de títulos.La opinión de las agencias influye decisivamente en el precio de colocación de los activos (acciones, bonos, letras). En el caso de los famosos bonos basura (activos de alto riesgo y alta rentabilidad que sirvieron para financiar empresas poco solventes) o bien no existía calificación o ésta era tan mala que las empresas que los utilizaron se vieron obligadas a dar altas rentabilidades para captar financiación.

Más información

En todo el mundo no existe un mercado importante donde se coloquen títulos si no llevan una calificación. En España es una práctica muy reciente. Las principales agencias son Standard and Poor's y Moody's, aunque también está IBCA, que es muy operativa en el sector bancario. La primera concedió una calificación a España de Aa+, que es la segunda en su escala tras la triple A (Aaa). La calificación Aa2 de Moody's es la tercera en su escala. España nunca solicitó la calificación de Moody's porque pedía la máxima y la agencia se negó. Standard, por su parte, confirmó recientemente su calificación a España.

La calificación, o rating, que va a ser objeto de revisión, mide exclusivamente la deuda en divisas. A pesar de ello, cuando se concedió se miró la situación del país y, precisamente, España no recibió un escalón más alto por la elevada tasa de desempleo.

La mayor calificación de Moody's la tienen Alemania, Austria, Canadá, Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón, Luxemburgo, Reino Unido y Suiza. Italia pasó de Aa1 a Aa3 en agosto.

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