Familiares de un enfermo al que se extirpó un riñon sano piden 20 millones a los médicos del Gregorio Marañón

La familia de Dionisio S. P., un enfermo de 66 años a quien le fue extirpado hace dos años un riñón sano (el derecho) durante una operación en la que se le iba a eliminar un cáncer que afectaba a su riñón izquierdo, reclama a los facultativos una indemnización de 20 millones.Los médicos que extirparon el riñón sano -el jefe del servicio de Urología del hospital Gregorio Marañón, Carlos Hernández, y su ayudante, Ignacio Mancada- prestaron ayer declaración nuevamente ante la juez María Paz Redondo, instructora del sumario. Coincidieron en que lo sucedido se debió a un accidente quirúrgico sólo i...

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La familia de Dionisio S. P., un enfermo de 66 años a quien le fue extirpado hace dos años un riñón sano (el derecho) durante una operación en la que se le iba a eliminar un cáncer que afectaba a su riñón izquierdo, reclama a los facultativos una indemnización de 20 millones.Los médicos que extirparon el riñón sano -el jefe del servicio de Urología del hospital Gregorio Marañón, Carlos Hernández, y su ayudante, Ignacio Mancada- prestaron ayer declaración nuevamente ante la juez María Paz Redondo, instructora del sumario. Coincidieron en que lo sucedido se debió a un accidente quirúrgico sólo imputable a la complejidad de la intervención.

Los familiares del enfermo, quien tras la supuesta negligencia denunciada fue sometido a una segunda operación para eliminarle el cáncer que padecía en el riñón izquierdo, "vive todavía y se encuentra en buen estado", indicó ayer uno de los facultativos. La familia justifica la denuncia, entre otras cuestiones, en que el cirujano que practicó la intervención omitió el presunto error en el parte clínico.

La omisión en el parte fue sugerida al cirujano por los propios familiares "para evitar que el enfermo supiera lo sucedido", replicó ayer el abogado de los médicos.

Los urólogos cortaron el riñón sano al observar que se había producido una hemorragia en la arteria que lo irrigaba. Para atajarla colocaron una especie de pinzas, pero al quitarlas después observaron que no llegaba sangre al órgano sano. Ante esa vicisitud optaron por extirparlo, y por realizar, días después, una nueva operación al enfermo para amputarle la parte del riñón enfermo afectada de cáncer.

Hernández y Mancada declararon ayer ante la juez a instancias del fiscal, quien les inquirió sobre si la arteria fue o no seccionada y por las circunstancias que motivaron la hemorragia. Los médicos dijeron que la sangre manaba por un orificio de la vena cuya formación desconocían.

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