El tráfico en Madrid
Acabadas las vacaciones de agosto,. Madrid vuelve a convertirse en la insufrible ciudad qué es, debido a un único problema: el tráfico. Ese 25% menos de vehículos que dejó la ciudad en agosto convirtió a ésta en un paraíso, sin agobios; permitiéndonos llegar a cualquier lugar en poco tiempo, sin retenciones, y con posibilidades de encontrar aparcamiento. A partir de septiembre, Madrid se convierte de nuevo en una monstruosa aglomeración dePasa a la página, siguiente'
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vehículos que hará replantearse a muchos la idea de abandonar la urbe, a...
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Acabadas las vacaciones de agosto,. Madrid vuelve a convertirse en la insufrible ciudad qué es, debido a un único problema: el tráfico. Ese 25% menos de vehículos que dejó la ciudad en agosto convirtió a ésta en un paraíso, sin agobios; permitiéndonos llegar a cualquier lugar en poco tiempo, sin retenciones, y con posibilidades de encontrar aparcamiento. A partir de septiembre, Madrid se convierte de nuevo en una monstruosa aglomeración dePasa a la página, siguiente'
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vehículos que hará replantearse a muchos la idea de abandonar la urbe, a pesar de las muchas ventajas que tiene vivir. en una gran capital, pues la ansiedad, el estrés, nos consume en las largas caravanas, tragando humos y enfados, haciéndonos perder tiempo y dinero.
Se habla mucho del problema del tráfico, se aportan ideas, y nadie da un paso adelante para tratar de solucionarlo. ¿Resultaría tan descabellado limitar el acceso a la ciudad a una pequeña parte de automóviles durante un día a la semana?
Si aquellos coches de matrículas acabadas en los números cero y uno no pudieran acercarse a la ciudad los lunes; los números dos y tres, los martes; los cuatro y cinco, los miércoles; los seis y siete, los jueves; los ocho y nueve, los viernes; y sábados y festivos acceso libre, el tráfico de Madrid sería similar al del mes de agosto, pero a lo largo de todo el año, con un 20% menos de intensidad diaria.Valdría la pena el sacrificio de usar el transporte público un solo día a la semana, a cambio de que los seis días restantes pudiéramos usar nuestro coche, a sabiendas de que el tráfico sería fluido. Un sacrificio egoísta, porque nos garantizaría conducir nuestros seis días sin nervios, y a la vez un sacrificio solidario, porque el día que no pudiéramos utilizar nuestro coche, los que sí pudieran usarlo disfrutarían de una agradable conducción gracias a nosotros. Por favor, seno , res responsables, tengan iniciativas. Ideas hay muchas y ya se aplican con éxito en otros países. Hagan que nos acordemos de ustedes no sólo cuando estamos en un atasco-