El proiraní Hezbolá se alza con la victoria electoral en Beirut

El partido proiraní Hezbolá ha ganado las elecciones legislativas celebradas el domingo en la región de Beirut y en cinco de las seis circunscripciones del Monte Líbano, según los primeros resultados dados a conocer ayer. El día 22 de agosto, en la primera vuelta, también se alzó con la victoria en la región del valle de la Bekaa.

Si los cristianos libaneses que boicotean el primer proceso electoral en dos décadas quieren hallar algún consuelo tras su automarginamiento político, el veredicto parcial de la consulta del domingo les ofrece tres datos alentadores: el entusiasmo musulmán...

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El partido proiraní Hezbolá ha ganado las elecciones legislativas celebradas el domingo en la región de Beirut y en cinco de las seis circunscripciones del Monte Líbano, según los primeros resultados dados a conocer ayer. El día 22 de agosto, en la primera vuelta, también se alzó con la victoria en la región del valle de la Bekaa.

Si los cristianos libaneses que boicotean el primer proceso electoral en dos décadas quieren hallar algún consuelo tras su automarginamiento político, el veredicto parcial de la consulta del domingo les ofrece tres datos alentadores: el entusiasmo musulmán ha sido relativo, el voto no ha dado el espaldarazo que se esperaba el Gobierno prosirio del primer ministro Rachid al Sohl y, finalmente, la campaña contra las elecciones está adoptando la forma de un movimiento de desobediencia civil sin precedentes.

Otro indicador clave -aparte del notable avance de los fundamentalistas musulmanes shiíes y sunitas en Beirut- es el afianzamiento de la popularidad del ex primer ministro sunita Salim al Hoss. El afable economista de 62 años ha ganado más votos que Sohl en lo que muchos analistas locales interpretan como un inconfundible indicador del descontento con la actual administración, leal a Damasco. En particular, Sohl se libró apenas de sufrir una embarazosa derrota en Beirut, aunque el campo prosirio obtuvo la mayoría de los 128 escaños del Parlamento.

El domingo próximo votará el electorado del sur de Líbano. La consulta en esta región se prepara en un ambiente de confusión y creciente tensión. Dada la sorprendente cosecha de los fundamentalistas del proiraní Hezbolá y del movimiento militante sunita, los políticos tradicionales deben sentirse avisados. En el próximo Parlamento tendrán que vérselas con una nueva fuerza islámica.

Rencillas sectarias

A la espera de los resultados finales -el recuento de votos se vió atrasado por una huelga en el sector musulmán- lo que sí resulta evidente es que el nuevo Parlamento está naciendo bajo el signo de antiguas rencillas sectarias y discrepancias en torno al papel de Siria en Líbano.La mayoría del electorado cristiano siguió a pies juntillas el llamamiento al boicoteo promovido por el poderoso sector maronita. Para los maronitas, cuyo monopolio de poder indudablemente va a ser cuestionado en el próximo Parlamento, no puede haber elección libre mientras Siria mantenga tropas en Beirut y mientras Damasco no fije un calendario para su retirada.

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