Cita semanal con el ozono

Un globo parte de Madrid cada miércoles para vigilar la atmósfera

Un pastor de la localidad conquense de Huete encontró hace meses una pequeña caja con un mensaje escrito en la tapa: "Este aparato ha servido para medir ozono en la atmósfera, no es peligroso". Todas las semanas, desde abril, uno de estos globos sonda surca el cielo desde el Instituto Nacional de Meteorología, en la Ciudad Universitaria. Su misión es enviar datos sobre los niveles de concentración de este gas en cada nivel de la atmósfera por el que pasa. Ésta es la primera iniciativa de vigilancia regular de la capa de ozono que se realiza en España.

El globo sonda encargado de enviar ...

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Un pastor de la localidad conquense de Huete encontró hace meses una pequeña caja con un mensaje escrito en la tapa: "Este aparato ha servido para medir ozono en la atmósfera, no es peligroso". Todas las semanas, desde abril, uno de estos globos sonda surca el cielo desde el Instituto Nacional de Meteorología, en la Ciudad Universitaria. Su misión es enviar datos sobre los niveles de concentración de este gas en cada nivel de la atmósfera por el que pasa. Ésta es la primera iniciativa de vigilancia regular de la capa de ozono que se realiza en España.

El globo sonda encargado de enviar informes sobre esta masa gaseosa parte todos los miércoles a media mañana de una terraza junto a la Dehesa de la Villa. Es el único punto de España desde donde se realiza esta medición. A la misma hora, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de Meteorología, se producen lanzamientos similares en otras estaciones del mundo. En Europa superan la docena los centros que realizan este tipo de vigilancia.El aspecto del aparato es simple: un pequeño globo (que remolca una caja de corcho blanco con una radiosonda para medir las variables de presión, temperatura y humedad y un sensor de ozono. A pesar de su imagen poco compleja, este instrumento consigue ascender, a 30 kilómetros de altura y enviar información a lo largo, de todo el recorrido.

Lo que más interesa vigilar es la concentración de ozono en las capas altas de la atmósfera. Allí es donde este gas filtra las radiaciones ultravioleta. En los últimos 25 años, la capa de ozono ha sufrido una reducción del 4%, lo que ha supuesto un aumento del 8% en los rayos ultravioleta que llegan a estas latitudes.

A 300 metros por minuto

A una velocidad de 300 metros por minuto, el globo tarda hora y media en alcanzar la zona de rnayor concentración de ozono, a 20 o 25 kilómetros de altura en la latitud peninsular. Poco después estalla, y el aparato comienza a descender por medio de un paracaídas. En épocas ventosas puede llegar a caer en un radio de 200 kilómetros.Pese a que existe una recompensa para todo aquel que devuelva uno de estos utensilios en buen estado, sólo han sido recuperados dos, de casi una veintena. El primero lo entregó el pastor de Huete. El segundo apareció en Hoyo de Manzanares. Los encargados de la misión creen que las devoluciones aumentarían si se dijese la cuantía de la recompensa: unas 15.000 pesetas.

El retorno de los aparatos es importante. Sobre todo desde un punto de vista económico, ya que cada uno de los lanzamientos efectuados todas las semanas tiene un coste de unas 200.000 pesetas. Juan María Cisneros, director del Programa de Meteorología Antártica y encargado de la operación, explica que, "si no ha sufrido algún deterioro el instrumento puede volver a utilizarse tras una limpieza en profundidad".

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Además de Cisneros hay otras dos personas encargadas del programa, un funcionario del instituto y un becario pendiente de la renovación de su contrato. En su tarea no sólo reciben información sobre las zonas más altas de la capa de ozono. También obtienen datos sobre las porciones de este gas que se encuentran a ras de tierra, producidas en su mayor parte por la contaminación urbana.

Madrid es una ciudad muy contaminada, con una alta concentración de ozono a ras de tierra. "Algo que", explica Cisneros, "se puede percibir, con un ojo experto, en el tono azulado de las neblinas que se forman en el horizonte, especialmente al atardecer".

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