Reportaje:

El director de EL PAÍS pide el jurado para juzgar los delitos de opinión

"Deben ser los destinatarios del derecho de información, es decir, los lectores, los oyentes, los telespectadores, los que digan si un periodista ha actuado ilegítimamente: si se ha excedido en la información, si los adjetivos empleados son infamantes e injuriosos", dijo Joaquín Estefanía, director de EL PAÍS, en una conferencia pronunciada ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. El periodista se pronunció en contra del nuevo delito de difamación y afirmó que "el aventurerismo empresarial y el amarillismo periodístico están haciendo mella en la credibilidad del secto...

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"Deben ser los destinatarios del derecho de información, es decir, los lectores, los oyentes, los telespectadores, los que digan si un periodista ha actuado ilegítimamente: si se ha excedido en la información, si los adjetivos empleados son infamantes e injuriosos", dijo Joaquín Estefanía, director de EL PAÍS, en una conferencia pronunciada ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. El periodista se pronunció en contra del nuevo delito de difamación y afirmó que "el aventurerismo empresarial y el amarillismo periodístico están haciendo mella en la credibilidad del sector".

"La legislación actual es suficiente para controlar los abusos periodísticos. Lo que tienen que cambiar son los procedimientos y el funcionamiento de la justicia; pretender introducir un nuevo delito, el de difamación -y más en su actual redacción-, en el próximo Código Penal es una forma de limitar espuriamente el derecho a la libertad de expresión" dijo el director de EL PAÍS en la conferencia titulada La prensa del siglo XXI.Ello no significa que entre las prácticas periodísticas no haya difamación, injurias y violaciones de la intimidad, el honor o la imagen, "pero no deben pagar justos por pecadores, y menos penalizar prácticas que tienen su resolución por la vía civil. La posibilidad del delito de difamación no es nueva; durante un tiempo se manejó la posibilidad de una ley antilibelo. Se trata de una idea enquistada en una parte del mundo político y de la sociedad, civil de poner a los periodistas, en su sitio; en algunas partes se ha teorizado la imagen de la prensa como una potencia adúltera", manifestó.

El periodista dijo también que hay personas físicas y jurídicas que son agredidas por la prensa y "que tienen todo el derecho a defenderse. El problema surge cuando, al no confiar en la justicia, intentan cambiar el destino de esos ataques pagando en publicidad, o tomando participación en los medios de comunicación para la defensa de sus intereses particulares, o simplemente comprando periodistas. Éste es el origen de la corrupción en la prensa, que "no es un sector puro al margen de lo que su de en la sociedad, como pudiera parecer ante el silencio que se produce cuando se dan casos como los citados. Son fenómenos minoritarios, pero que perturban el natural funcionamiento de la prensa".

Internacionalización

Joaquín Estefanía explicó las grandes tendencias que se dan en el mundo de la prensa de finales de siglo: la internacionalización del capital, con presencia de los grandes conglomerados europeos en España, en los sectores de prensa escrita y televisión; la concentración de medios de comunicación, como única posibilidad de sobrevivir, si no se quiere ser enteramente subsidiario en la creación de la opinión pública; y el encarecimiento de la información, materia prima de la comunicación."Si no se generan conglomerados europeos sólidos no habrá forma de competir con los norteamericanos; el mercado español ya es un mercado interior", precisó.

El director de EL PAÍS explicó, por último, que la única forma de hacer frente a la invasión de los grupos multinacionales en España es posibilitar la existencia de grupos multimedia españoles lo más fuertes posibles, que puedan competir en nuestro país con esos grandes conglomerados y trasladar la competencia siempre que sea posible a Europa y América Latina, "nuestros mercados naturales de expansión. Así deben entenderse los acuerdos del grupo Prisa con el grupo Godó firmados el pasado miércoles y los acuerdas de EL PAÍS con periódicos italianos, británicos o portugueses".

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