Entre las tenazas

La Bolsa ha hecho una apuesta exageradamente pesimista sobre el futuro inmediato de la economía. Después de la fuerte bajada de los últimos días, el mercado no tiene prisa en pasar esta página. El Tesoro va a tener que hacer frente más que nunca a su tradicional reticencia a financiarse a corto plazo. El encarecimiento de los tipos a largo plazo tras las masivas ventas de deuda pública ha puesto al Tesoro en dificultades para financiarse a plazos largos, a no ser a costa de pagar más por el dinero. Las próximas subastas de letras y bonos no auguran cambios a corto y el bolsista ha acogido ...

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La Bolsa ha hecho una apuesta exageradamente pesimista sobre el futuro inmediato de la economía. Después de la fuerte bajada de los últimos días, el mercado no tiene prisa en pasar esta página. El Tesoro va a tener que hacer frente más que nunca a su tradicional reticencia a financiarse a corto plazo. El encarecimiento de los tipos a largo plazo tras las masivas ventas de deuda pública ha puesto al Tesoro en dificultades para financiarse a plazos largos, a no ser a costa de pagar más por el dinero. Las próximas subastas de letras y bonos no auguran cambios a corto y el bolsista ha acogido mal estas impresiones. El mercado sigue atenazado entre el temor que llega del sombrío panorama extranjero y las propias dificultades de la política económica para cumplir con objetivos tan importantes como la tasa de inflación. La marejada levantada por la posible subida de retenciones a cuenta del IRPF es un síntoma de que las cosas no parecen fáciles en el panorama macro. En esta situación, sólo en los grupos más castigados, como bancos, cementeras y alimentación, se produjeron ligeros repuntes de poca importancia. El resto del mercado sigue en compás de espera.

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