Lágrimas ante el convoy de la ONU y contraataque musulmán en Sarajevo

ENVIADO ESPECIAL "Ya nos han matado a todos un poco", dice, desesperanzado, un habitante de la sitiada Sarajevo, al que ni siquiera la entrada en la ciudad de un convoy de las Naciones Unidas, recibido con un mar de lágrimas, deja un resquicio a la esperanza.

Musulmanes y croatas reconquistaron ayer un barrio, Momcilo, y ganaron terreno en otro, Dobrinja. Eran los primeros síntomas, aún tímidos, de un giro en el signo de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Mientras, el líder de las milicias serbias en ésta república de la antigua Yugoslavia, Radovan Karadzic, anunciaba para el lunes una "t...

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ENVIADO ESPECIAL "Ya nos han matado a todos un poco", dice, desesperanzado, un habitante de la sitiada Sarajevo, al que ni siquiera la entrada en la ciudad de un convoy de las Naciones Unidas, recibido con un mar de lágrimas, deja un resquicio a la esperanza.

Musulmanes y croatas reconquistaron ayer un barrio, Momcilo, y ganaron terreno en otro, Dobrinja. Eran los primeros síntomas, aún tímidos, de un giro en el signo de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Mientras, el líder de las milicias serbias en ésta república de la antigua Yugoslavia, Radovan Karadzic, anunciaba para el lunes una "tregua unilateral". Nadie cree en ella.

Muchas lágrimas y algunos gritos de alegría recibieron en Sarajevo a los más de 40 vehículos con ayuda humanitaria de emergencia y al contingente de cascos azules que intentará negociar la reapertura del aeropuerto. Más de dos meses bajo las baterías artilleras y las balas de los francotiradores serbios hacen dificil creer que la paz aún es posible. Páginas 2 y 3

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