Tribuna:

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Los inversores se enfrentaron ayer a una serie de datos económicos que, no por esperados, eran menos importantes. Primero estaba el IPC de mayo, que confirmó los peores pronósticos al repetir la cifra del año anterior y mantuvo la tasa interanual, al tiempo que el dato acumulado del ejercicio se sitúa ya en el 2,8%. El anuncio de un incremento de las retenciones en el IRPF, efectuado ya el día anterior es un intento de corregir el consumo, algo que se potenció hace muy pocos meses. La reacción del mercado ante estas dos noticias fue muy negativa y el índice llegó a perder dos puntos y medio, a...

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Los inversores se enfrentaron ayer a una serie de datos económicos que, no por esperados, eran menos importantes. Primero estaba el IPC de mayo, que confirmó los peores pronósticos al repetir la cifra del año anterior y mantuvo la tasa interanual, al tiempo que el dato acumulado del ejercicio se sitúa ya en el 2,8%. El anuncio de un incremento de las retenciones en el IRPF, efectuado ya el día anterior es un intento de corregir el consumo, algo que se potenció hace muy pocos meses. La reacción del mercado ante estas dos noticias fue muy negativa y el índice llegó a perder dos puntos y medio, acercándose al nivel de apertura anual.Desde ese momento entraron en consideración otros factores, sobre todo la posible reacción norteamericana anteun IPC muy bueno. Justo cuando empezaba a cotizar Wall Street, el mercado español consiguió remontar posiciones y subía 22 centésimas, pero el avance del índice estadounidense supo a poco y se impusieron las ventas.

Estas reacciones, a veces encontradas, son fruto de un mercado sin ideas ni dirección y que, además, se encuentra en una zona muy comprometida a nivel técnico. Hubo reacción positiva, pero el índice baja, lo cual permite todo tipo de opiniones. El recorte fue del 0,35%, mientras que el Ibex 35 pierde un 0,63%.

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