GOLPE A LA UNIÓN EUROPEA

Inquietud y sorpresa en Finlandia, Suecia y Austria.

El resultado de la consulta popular en Dinamarca ha caído como un cubo de agua fría sobre el Gobierno de Finlandia, que ha apostado por la integración del país a la Comunidad Europea (CE). Las primeras reacciones fueron de sorpresa para, seguidamente, reconocer que el rechazo al acuerdo de puede postergar el ingreso de los nuevos postulantes a la familia de los Doce. Finlandia ha presentado recientemente su solicitud de ingreso.El primer ministro, el centrista Esko Aho, reconoció que el resultado puede aumentar el sentimiento de rechazo entre la opinión pública de Finlandia hacia la CE. "La ne...

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El resultado de la consulta popular en Dinamarca ha caído como un cubo de agua fría sobre el Gobierno de Finlandia, que ha apostado por la integración del país a la Comunidad Europea (CE). Las primeras reacciones fueron de sorpresa para, seguidamente, reconocer que el rechazo al acuerdo de puede postergar el ingreso de los nuevos postulantes a la familia de los Doce. Finlandia ha presentado recientemente su solicitud de ingreso.El primer ministro, el centrista Esko Aho, reconoció que el resultado puede aumentar el sentimiento de rechazo entre la opinión pública de Finlandia hacia la CE. "La negativa danesa", dijo, "demuestra la seria preocupación que existe entre los ciudadanos de los países pequeños sobre su capacidad de influir en las políticas de la Comunidad", informa Adrián Soto desde Helsinki.

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En Suecia, otro de los países que espera paciente la consideración de su solicitud de ingreso, el pronunciamiento del pueblo danés generó una clara inquietud tanto en las filas del Gobierno como en la oposición socialdemócrata. Para el Gobierno, el resultado del referéndum implica la posibilidad de un retraso del ingreso mucho más allá de lo deseable y puede influenciar al pueblo sueco cuando en 1994 vote sobre si desea o no entrar en la CE.

"Para nosotros se trata de todo o nada. No hay ningún camino del medio posible", dijo el primer ministro Carl Bildt, aludiendo a la posibilidad, enunciada en un primer momento por el Gobierno danés de renegociar las condiciones de su ingreso. Bildt admitió además que ha quedado en evidencia la existencia de una brecha entre los partidos políticos establecidos y sus electores, informa desde Estocolmo Ricardo Moreno.

El voto contra el super Estado europeo creó también una intensa discusión en Austria, el' tercer postulante al ingreso en la Comunidad Europea, El canciller federal, Franz Vranitzky, aseguró que "la decisión de los daneses no. cambia para nada la posición austriaca, que está de acuerdo con el modelo básico comunitario" con o sin Maastricht.

El ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Alois Mock, un destacado defensor de la CE, aseguró que había que "informar a los austriacos para que confíen en esta institución porque no hay otra alternativa ni en la política de paz ni en la política económica". "Tenemos", continuó, "que aclarar a nuestros ciudadanos que el aislamiento frente a Europa traería muchos y muy concretos daños", informa desde Viena Vivianne Schnitzer.

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Mock es tal vez el único político europeo que se ha mostrado optimista estos días. "Austria no se verá afectada", aseguró, e incluso añadió que el supuesto fracaso de la consulta danesa puede transformarse en la creación de "una nueva dinámica de ampliación en la Comunidad Europea".

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