Unas 2.000 personas presenciaron el desfile de las tropas

Octavillas de huelga en las aceras, himnos militares en el aire. Unas 2.000 personas presenciaron ayer, en los alrededores de la plaza de Oriente, el breve desfile -poco más de 15 minutos- conmemorativo del Día de las Fuerzas Armadas, entre el Palacio Real y el paseo de Rosales. Hasta las doce de la mañana, la asistencia de público era baja. Predominaban los jubilados. Pedro Muga y José Adanero, empleados del transporte, miraban el reloj: tenían que incorporarse al trabajo después de haber hecho la huelga. "A lo mejor esto de los desfiles se está pasando de moda, o es que el lío de los at...

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Octavillas de huelga en las aceras, himnos militares en el aire. Unas 2.000 personas presenciaron ayer, en los alrededores de la plaza de Oriente, el breve desfile -poco más de 15 minutos- conmemorativo del Día de las Fuerzas Armadas, entre el Palacio Real y el paseo de Rosales. Hasta las doce de la mañana, la asistencia de público era baja. Predominaban los jubilados. Pedro Muga y José Adanero, empleados del transporte, miraban el reloj: tenían que incorporarse al trabajo después de haber hecho la huelga. "A lo mejor esto de los desfiles se está pasando de moda, o es que el lío de los atentados retrae a la gente", decían.

Julio Vicens madrugó. A los 67 años y a pesar del fresco, llevaba bien abierta la camisa de manga corta, tatuajes al aire. Hace más de 40 años que dejó la Legión y camina con bastón, pero la nostalgia es la nostalgia: "Estas cosas me rejuvenecen".

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Los chicos de octavo del colegio Foxo, de A Estrada (Pontevedra), estaban encantados. Hasta entonces nunca habían visto ni una huelga ni un desfile, y menos seguidos. "Estamos aprendiendo mucho", decía Tomás Bernárdez. Miraban fascinados a los geos que vigilaban entre los florones del tejado del Palacio.

A Lourdes Bonafonte y a Carlos Blanco, estudiantes sin clase, les interesaba la ceremonia. Se extrañaba de la ausencia de insumisos en busca de protesta. Tres punkies llegaron por error. "Mucho color aquí", decían despectivos antes de apretar el paso, tintineante de cadenas.

Manuel Olmedo recordaba cuando él desfiló, allá en 1942. "Hay un auténtico ejército de policía por la ciudad", comentaba. "A mí me choca que los de la fiesta de la bicicleta sí desfilen por la Castellana y los militares no", ironizaba Rafael. Poco más allá, Manuel Córcoles ponía a punto el vídeo para inmortalizar a su hijo, cadete del Aire. Siete aviones C-101 pasaban formando una bandera nacional con humo. Después comenzó el desfile: la Legión fue la más aplaudida. Los turistas -¡Qué lindo, Lidia!- apuntaban las cámaras a los 2.500 hombres que desfilaban a ritmo de Banderita: "Tú eres roja, tú eres gualda" y ayer, huelga.

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