Cartas al director

700.000 indigentes

Leo en el periódico que hay 700.000 indigentes en la Comunidad de Madrid. Uno no se puede, preocupar por todos ellos, no se puede hacer nada, la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Y, sin embargo, cada persona es para mí un escalofrío. Las cifras tienden a ocultar la verdad; vamos a ver: ¿qué son 700.000 indigentes?, 70 veces el estadio más grande de Madrid hasta rebosar, cada persona con sus problemas, con su vida frustrada, con sus ojos humillados, 700.00 corazones que a nosotros no nos interesan.Setecientas mil personas, parece increíble; sin embargo, están ahí, en los sótanos de ...

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Leo en el periódico que hay 700.000 indigentes en la Comunidad de Madrid. Uno no se puede, preocupar por todos ellos, no se puede hacer nada, la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Y, sin embargo, cada persona es para mí un escalofrío. Las cifras tienden a ocultar la verdad; vamos a ver: ¿qué son 700.000 indigentes?, 70 veces el estadio más grande de Madrid hasta rebosar, cada persona con sus problemas, con su vida frustrada, con sus ojos humillados, 700.00 corazones que a nosotros no nos interesan.Setecientas mil personas, parece increíble; sin embargo, están ahí, en los sótanos de la plaza de Españaa, Por los rincones del metro, con sus bolsas de cartones en la plaza Mayor; ¡qué consuelo! -me digo, me repito-, por lo menos hay gente que se ha dedicado a contar 700.000 personas que están pasándolo maL

Las vemos -muchas veces, pero no las retenemos; tenemos tantos problemas, tenemos tanto que solucionar, tenemos tanta, tanta prisa.

He pasado delante de esa mujercilla en la Puerta del Sol, como tantas personas que entre empujones van a hacer sus compras a El Corte Inglés; nunca he visto a nadie hablar con ella, que se interesase por ella, por dónde dormía, si tenía frío, si tenía hambre, si considerabaque había un poco de justicia, si consideraba que merecía la pena gritar. No tengo ninguna excusa, esa viejecilla es tan mayor y tiene tan pocas defensas, esa viejecifia está tan sumamente sola, tan desamparada.

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Tengo que ayudarla, no vale con invitaría a comer de vez en cuando, hay 365 días en el año, 365 noches a la intemperie, si SUpiera que esta lucha individual, llevaba a una colectiva, si . supiera por qué ocurren todavía estas cosas, si supiera qué demonios nos está pasando, por qué nos. hemos vuelto tan invidontes. Madrid.

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