Andreotti propugna para Italia el continuismo absoluto

Italia tiene algunos problemas graves, o mejor "difíciles", pero "cuando hay voluntad, las cosas se resuelven", y para resolver los problemas "no ayuda en nada ponerse nerviosos". El presidente del Gobierno italiano y hombre fuerte de la Democracia Cristiana (DC) ante las elecciones legislativas del próximo domingo utilizó ayer estas palabras para transmitir un mensaje de continuidad absoluta durante un debate con la dirección del diario La Repubblica.

Andreotti no aportó ninguna propuesta nueva frente a viejos pero cada vez más acuciantes desafíos, como son el de las mañas o el déficit...

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Italia tiene algunos problemas graves, o mejor "difíciles", pero "cuando hay voluntad, las cosas se resuelven", y para resolver los problemas "no ayuda en nada ponerse nerviosos". El presidente del Gobierno italiano y hombre fuerte de la Democracia Cristiana (DC) ante las elecciones legislativas del próximo domingo utilizó ayer estas palabras para transmitir un mensaje de continuidad absoluta durante un debate con la dirección del diario La Repubblica.

Andreotti no aportó ninguna propuesta nueva frente a viejos pero cada vez más acuciantes desafíos, como son el de las mañas o el déficit público. "No se puede hacer milagros", dijo el primer ministro italiano, refiriéndose a la delincuencia organizada que azota a cuatro regiones, Campania, Sicilia, Calabria y Puglia, que, señaló, "también da preocupaciones". Y destacó que el actual Gobierno aplica ya la política correcta de coordinar y distribuir mejor las fuerzas de seguridad. "El número de asesinatos ha bajado a 144 durante el primer trimestre de este año, desde los 443 registrados en el mismo periodo de 1991".Frente al déficit, insistió más en aumentarlos ingresos fiscales, reduciendo las bolsas de fraude, que en limitar los gastos. "Se habla mucho de reducción de los gastos públicos, y ciertamente los hay, como los de Sanidad, que se pueden reducir. Pero me gustaría que los que creen que se puede me digan cómo".

También pasó por alto la conveniencia de privatizar las empresas públicas, que son una de las dos causas principales del elevadísimo déficit italiano, y en cambio afirmó que su actuación como ministro de Participaciones Estatales, cartera que ha acumulado a la presidencia del Gobierno, ha sentado las bases para una mejor gestión de esas empresas.

Con respecto a las reformas del sistema político, por las que cada vez claman más los italianos, dijo "no saber muy bien todavía de qué reformas se habla, y lo primero es saber qué se debe reformar y cómo". En su último Gobierno ha tenido incluso un ministerio específico para este tema, que no ha. servido de mucho.

Políticos y pasteleros

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Frente a las críticas a la partitocracia, dijo situarse "en un camino medio". "Puede ser verdad que los partidos hayan tomado un espacio excesivo con respecto a su representación electoral. Esto es consecuencia del sistema proporcional. Pero temo que de, esta exigencia de reforma pueda venir una exaltación antipartidista o antipolítica, con la que se trate de contraponer una sociedad sana al político pastelero o enredador, y esto no existe", dijo. Apuntó hacia la implantación de un sistema electoral mayoritario, hacia la definición de los poderes del presidente de la República, al reforzamiento de la figura del primer ministro y a la reducción drástica de los 31 ministerios, nueve de ellos sin cartera, que Italia tiene para contentar a todos los partidos de la coalición gobernante y que, según Andreotti, se han creado "por motivos psicológicos".

Con este mensaje poco exaltante, apoyado en "el peligro de derechización" al que alude el primer ministro, la DC parece tener garantizado al menos el 30% de los votos y el mantenimiento de su papel tradicional de árbitro en el próximo Gobierno. Andreotti, que no concurre a las urnas por ser senador vitalicio, descartó ayer prácticamente la entrada de los ex comunistas en el Gabinete y señaló que las posibilidades de diálogo entre su partido y la Liga del Norte terminan donde comienzan las propuestas federalistas de Umberto Bossi.

Su opinión es decisiva, ya que el margen de incertidumbre que todavía se admite sobre los resultados de estos comicios ha reforzado la posición del actual presidente del Gobierno frente a las otras corrientes de su partido. En la primera fase de la campaña, el asesinato por la Mafia de Salvo Lima, el hombre de Andreotti en Palermo, supuso un serio golpe para el primer ministro, y no sólo en el plano personal o psicológico.

Lima era el mejor hacedor de votos de la corriente andreottiana en Sicilia, o como dice la prensa italiana, el mejor "colector de consensos". Nino Drago, el otro gran andreottiano siciliano, desistió de presentarse a las elecciones cuando su brazo derecho, Giuseppe Arena, fue asesinado, a finales del pasado año.

El democristiano más poderoso hoy en la zona, Calogero Manino, ministro para el Mezzogiorno, es un hombre de Ciriaco de Mita, el jefe de la izquierda democristiana. Pese a todo, Andreotti está considerado como el más firme candidato de la DC para presidir la República o el Gobierno, según sean los resultados de las elecciones del próximo domingo.

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