Los pedidos de nuevos aviones de las líneas aereas cayeron un 60% en 1991

La crítica situación que atraviesan las líneas aéreas internacionales desde el estallido de la crisis del Golfo ha provocado una fuerte caída en su demanda de nuevos aviones. Según datos de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA), en 1991 los pedidos cayeron un 60% con respecto al año anterior. Esta caída afecta gravemente a las constructoras de aeronáutica cuyo sustento alternativo, la fabricación de aparatos para uso militar, se encuentra también en crisis. La competencia aumenta entre las grandes constructoras. La europea Airbus busca un socio japonés para penetrar el mercad...

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La crítica situación que atraviesan las líneas aéreas internacionales desde el estallido de la crisis del Golfo ha provocado una fuerte caída en su demanda de nuevos aviones. Según datos de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA), en 1991 los pedidos cayeron un 60% con respecto al año anterior. Esta caída afecta gravemente a las constructoras de aeronáutica cuyo sustento alternativo, la fabricación de aparatos para uso militar, se encuentra también en crisis. La competencia aumenta entre las grandes constructoras. La europea Airbus busca un socio japonés para penetrar el mercado asiático, que tiene el mayor potencial de crecimiento.

Los malos resultados financieros de la mayoría de las líneas aéreas internacionales están teniendo un impacto inmediato en el número de pedidos de nuevos aparatos. Las pérdidas de las compañías en 1991 pueden rondar "con un poco de suerte" los 4.000 millones de dólares (400.000 millones de pesetas), según explicó el director general de la IATA, Gunter Eser, durante un seminario organizado por el diario Financial Times en Singapur."Los pedidos de nuevos aparatos están siendo retrasados o directamente cancelados. Durante 1991 éstos cayeron un 60%, comparado con 1990, de 1.218 a 467 aviones. Hasta 138 pedidos fueron cancelados durante 199 1, el volumen más alto desde la recesión de 1982% señaló Eser en su discurso, al que este periódico tuvo acceso.

Abandono de compras

Los dos principales miembros de la IATA, las líneas estadounidenses American Airlines y United Airlines, han abandonado o retrasado la compra de nuevos aparatos (93 y 123, respectivamente) por un valor total de 11.700 millones de dólares (1,17 billones de pesetas). Retrasos que afectan a sus planes de renovación de flota de los próximos cinco años. En Europa, la alemana Lufthansa ha anunciado su primeras pérdidas desde 1973, lo que le ha llevado a aplazar también la adquisición de once nuevos aparatos.

Estas medidas, señala Eser, afectarán a corto plazo a las constructoras de aeronáutica,víctimas ya de los recortes presupuestarios que la mayoría de los gobiernos ha aplicado a la partida de defensa desde que finalizó la Guerra Fría. El consorcio europeo Airbus y las norteamericanas Boeing y McDonnell Douglas, especialmente esta última, son las tres grandes constructoras que más se resienten de esta situación.

En el caso de McDonnel, la crisis en defensa le afecta más que al resto, explican fuentes del sector, porque está más concentrada en la industria militar. La compañía norteamericana ha sido desplazada por Airbus en el terreno civil. "Desde el punto de vista tecnológico el consorcio europeo está mucho más avanzado", señalan las mismas fuentes.

Airbus es el constructor que más ha crecido en los últimos tres años y ha logrado convertirse en el segundo fabricante de aviones comerciales del mundo con más de 100 clientes en todo el mundo, después de Boeing. Aunque el consorcio recibió 24 cancelaciones de aparatos pedidos en 1991, los resultados durante el año pasado fueron muy positivos, con un aumento de hasta el 60% en las ventas.

El principal modelo propulsor de este crecimiento fue el A320. La compleja tecnología de este avión ha sido cuestionada en algunos medios después del accidente de las líneas francesas Air Inter en Estrasburgo el pasado 20 de enero. Accidente en el que fallecieron 81 personas.

Pese a los buenos resultados, el consorcio reconoce que el volumen de nuevos pedidos creció en 1991 por debajo de losesperado, "debido a la recesión que atraviesa la industria aérea". No obstante, la cartera de pedidos se mantiene muy firme, con unas ventas comprometidas valoradas en 71.200 millones de dólares (7,1 billones de pesetas) para los próximos cinco años, asegura el principal consultor de Airbus en España.

Mercado asiático

"La competencia entre los construtores ha aumentado vertiginosamente desde que las dos patas de la industria de la aronáutica, la militar y la civil, están en crisis% dice el consultor de Airbus. "El mercado de Asia, en la cuenca del Pacífico, es el de mayor crecimiento futuro y el más disputado en estos momentos", explica.

Mientras el tráfico de pasajeros cayó un 4% en el mundo (un 6% en Europa), en estos países el descenso fue del 2%, según datos de la IATA. Y además, la reactivación del tráfico de pasajeros está siendo más fuerte en esta zona, con un incremento del 6% en diciembre, según la misma fuente. Airbus, por su parte, calcula que el tráfico en Asia crecerá un 8,8% en los próximos diez años.El consorcio europeo, bastante bien establecido en este mercado, busca en estos momentos un socio comercial en Japón para ampliar su presencia en la zona, según fuentes próximas al consorcio. Airbus ha iniciado contactos con las compañías niponas Mitsubishi, Fuffl y Kawasaki, según publicó el diario Herald Tribune, para desarrollar un superjumbo con capacidad para 800 pasajeros, que podría entrar en servicio en el año 2002.

Estos contactos los iniciaron los socios alemanes, según el consultor de Airbus, "no por la contribución tecnológica japonesa sino por tomar una posición en el mercado". España participa en un 4,9% en este consorcio a través de la empresa pública Construcciones Aeronáuticas SA (CASA).

Fuentes de la industria coinciden en señalar que la crisis es coyuntural.

La empresa española atraviesa un mal momento en la actualidad afectada por el descenso de contratos por parte del Ministerio de Defensa. CASA piensa poner en marcha una regularización de empleo que afectará a unos 2.000 trabajadores de su plantilla de 9.000.

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