Serra y Solchaga preparan el debate de la nacion, fijado para el día 17 y centrado en la convergencia

El plan de convergencia económica y monetaria con Europa protagonizará prácticamente en exclusiva el debate sobre el estado de la nación, que ya tiene una fecha, el 17 de marzo. El Gobierno argumenta la importancia del plan de convergencia económica -aunque no lo concreta- para justificar el monopolio informativo del debate anual, pero tampoco tiene objetivos ambiciosos que ofrecer para lo que queda de legislatura.

Más allá del pacto autonómico -que está a punto de ser firmado por el Gobierno y Partido Popular (PP)-; del plan de modernización de la Administración, aún en ciernes, cuyos ...

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El plan de convergencia económica y monetaria con Europa protagonizará prácticamente en exclusiva el debate sobre el estado de la nación, que ya tiene una fecha, el 17 de marzo. El Gobierno argumenta la importancia del plan de convergencia económica -aunque no lo concreta- para justificar el monopolio informativo del debate anual, pero tampoco tiene objetivos ambiciosos que ofrecer para lo que queda de legislatura.

Más allá del pacto autonómico -que está a punto de ser firmado por el Gobierno y Partido Popular (PP)-; del plan de modernización de la Administración, aún en ciernes, cuyos primeros papeles se conocerán en un par de semanas, y de la celebración de la Expo y los Juegos Olímpicos, el Gobierno no dispone de grandes objetivos para el año que le resta de gestión. El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, trabajan desde hace varias semanas de forma prioritaria sobre el plan de convergencia. Solchaga ya ha adelantado alguna idea para conseguir el objetivo de rebajar la inflación: reducción del déficit público -situado en un 4%- para acercarlo al nivel cero sin subir los impuestos y manteniendo el nivel de inversiones públicas. La solución que avanzan Solchaga y Serra es la reducción del gasto público.Dos partidas van a sufrir inicialmente las consecuencias: el recorte de las prestaciones del desempleo, con la pretensión de reducir las bolsas de fraude, y de los gastos acumulados del Insalud. La reducción de los gastos sociales apunta a una nueva confrontación del Gobierno con los sindicatos.

Prioridad europea

[Mientras, ayer se daban a conocer una declaraciones de Felipe González a una revista de los socialistas catalanes en las aseguraba que la prioridad del proyecto socialista para la década de los noventa es Europa, "una prioridad que engloba los ejes fundamentales de la del PSOE y que incluye competitividad, modernización y mejora de los servicios públicos y hacer una distribución más justa de la riqueza". En la misma publicación, informa Europa Press, Serra señala que "la presencia de catalanes en el Gobierno español normaliza la una situación hasta el punto de que muy pronto ya no será noticia". "El catalanismo político", añade, "ha tenido siempre vocación de participar en el esfuerzo común de construir una España democrática].

Paralelamente, a menos de dos meses de la inauguración de la Expo, se ha cernido sobre la muestra un cúmulo de desgracias. La exhibición de los fastos del 92 ha lanzado al terrorismo etarra a una campaña de atentados, que ha sorprendido al Gobierno por su intensidad.

Tampoco la producción legislativa marcha al ritmo adecuado. El Gobierno contó sólo con el apoyo de los nacionalistas en la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, pero otros dos grandes proyectos legislativos -como son la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y el nuevo Código Penal- aún están por recorrer todo su proceso parlamentario. Otros proyectos, como la Ley de Gobierno, un año después de prometida, aún no ha salido de las cajones del propio Ejecutivo.

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Mientras el Gobierno prepara el debate de política general, las elecciones catalanas y el clima de corrupción dominan el panorama del país. El caso Ibercorp ha afectado a la imagen del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, y ha debilitado al ministro de Economía, Carlos Solchaga, que en privado ha censurado la frivolidad del presidente de la firma, Manuel de la Concha. También ha reforzado al vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, al que la exculpación conseguida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por el uso del despacho de Sevilla, le ha facilitado el paso de la legitimación que busca con ahínco. Guerra, reforzado tras el pacto de no agresión alcanzado con Felipe González y Txiki Benegas, trata de salir del gueto del PSOE al que se ha visto arrojado e incluso ha tratado de jugar un protagonismo en las relaciones con los partidos en la elaboración del pacto autonómico. El resurgimiento de Alfonso Guerra coincide con un momento de desaliento de Felipe González.

[El ex ministro Fernando Morán declaró ayer a Europa Press que el PSOE está cambiando de política hacia un modelo definido por una mayor apertura a la sociedad y por la aplicación de un socialismo más acorde con las características de la sociedad española].

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