Cinco meses sospechosos

Entre los meses de marzo y julio de 1990, la cotización de Sistemas Financieros (SF) fue anómala y, cuando menos, dudosa respecto a la evolución del resto del mercado, según distintas fuentes bursátiles. A mediados de marzo y hasta finales de junio se produce una venta masiva de acciones, sin que se corresponda con una caída de la cotización gracias a la compra simultánea por la propia sociedad a cuenta de su autocartera, que se llega a situar en torno al 20% por esas fechas.Según las citadas fuentes, no había razones aparentes para que realizaran tantas órdenes de venta. Los acontecimientos p...

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Entre los meses de marzo y julio de 1990, la cotización de Sistemas Financieros (SF) fue anómala y, cuando menos, dudosa respecto a la evolución del resto del mercado, según distintas fuentes bursátiles. A mediados de marzo y hasta finales de junio se produce una venta masiva de acciones, sin que se corresponda con una caída de la cotización gracias a la compra simultánea por la propia sociedad a cuenta de su autocartera, que se llega a situar en torno al 20% por esas fechas.Según las citadas fuentes, no había razones aparentes para que realizaran tantas órdenes de venta. Los acontecimientos posteriores muestran que sí existían otro tipo de motivaciones para que los inversores vinculados a los principales propietarios de Ibercorp -Manuel de la Concha y Jaime Soto-, entre otros, decidieran dejar de mantener la cotización y desprenderse de sus títulos, en la mayoría de los casos sin ganancias espectaculares. Otras fuentes sin confirmar aseguran que entre los vendedores figuraba alguno de los socios.

En Ibercorp se insiste una y otra vez en que la evolución de SF corrió pareja a otras sociedades similares. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario. La fecha clave es el 16 de julio, lunes, en que los gestores de SF dejan de apoyar su cotización, que cae de 920 a 767 pesetas (un 16,6%), mientras el índice general de la Bolsa subía 2,16 puntos, y el de su sector, inversión inmobiliaria, también aumentaba en 1,03. Valores similares, como Cofir o Corporación Financiera Alba, registraban ligerísimas caídas del 0,60% y el 0,36%, respectivamente. Ése fue el principio de una caída en SF, que luego se hizo más fuerte en los días sucesivos y llegó al descalabro -esta vez sí como el resto de la Bolsa- el día 2 de agosto, en que se produjo la invasión de Kuwait. Ayer cerró a 153.

Todas las fuentes del mercado consultadas por este periódico coinciden en señalar que no se entienden las ventas masivas de la primavera de 1990 sin que fueran acompañadas de una información precisa al respecto. Lo que nadie se atreve a aventurar es si hubo insider trading (utilización de información privilegiada, según los artículos 81 a 83 de la Ley del Mercado de Valores), beneficio de algunos accionistas en perjuicio de otros (artículos 79 y 80) o si simplemente fue una casualidad.

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