Quebraderos de cabeza en París por el control de la gran mezquita

Veterano rector de la gran mezquita de París y miembro de la flamante junta cívicomilitar que gobierna Argelia, Teyini Hadam parece empeñado en mantener un pie en cada una de las dos riberas del Mediterráneo. Su negativa a renunciar a una u otra de sus funciones, la espiritual de París o la temporal de Argel, provoca estos días nuevos dolores de cabeza al ya muy desbordado ministro del Interior francés, Plillippe Marchand.Numerosas personalidades musulmanes francesas han pedido a Marchand que de un ultimátum a Hadam. El ministro les ha respondido que ya lo ha hecho, y que Hadam le anunció hace...

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Veterano rector de la gran mezquita de París y miembro de la flamante junta cívicomilitar que gobierna Argelia, Teyini Hadam parece empeñado en mantener un pie en cada una de las dos riberas del Mediterráneo. Su negativa a renunciar a una u otra de sus funciones, la espiritual de París o la temporal de Argel, provoca estos días nuevos dolores de cabeza al ya muy desbordado ministro del Interior francés, Plillippe Marchand.Numerosas personalidades musulmanes francesas han pedido a Marchand que de un ultimátum a Hadam. El ministro les ha respondido que ya lo ha hecho, y que Hadam le anunció hace unos días su inminente dimisión de su puesto en la jefatura colegial del Estado argelino. Hadam, sin embargo, se arrepintió de inmediato. En París se piensa que el cambio de actitud obedece al deseo de no dar la impresión de romper la solidaridad de la junta en un momento en que ésta entra en una fase de abierta represión del movimiento islamista.

Si Hadam tampoco renuncia al rectorado de la principal mezquita parisiense, es por el valor simbólico de este cargo en un país que, con casi 4 millones de musulmanes, es la principal fortaleza del islam en Europa occidental. Las autoridades argelinas han controlado tradicionalmente la gran mezquita de París que, por razones de orgullo nacional, les disputan sus vecinos marroquíes y tunecinos y, a partir de una visión diferente del islam, los saudíes e iraníes.

El Gobierno francés comparte con los dirigentes argelinos el deseo de que la gran mezquita de París no caiga en las manos de los partidarios de una interpretación conservadora y puritana del islam como la saudí, o una militante y antioccidental como la iraní o la del FIS.

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