Reportaje:

José Bocos, 28 años

Los avatares del relaciones públicas decano de las 'saunas' de prostitutas de lujo

José tiene 28 años y trabaja desde hace 11 de celestino, mamporrero o buitre, que es como llaman las putas a los que, apostados en las puertas de los bares de alterne más caros, extienden una tarjeta a los clientes mientras les hablan de saunas y chalés espléndidos con chicas de cine. Unas 120.000 pesetas fijas al mes y 5.000 por cada cliente que lleven. En eso, más las copas y las propinas, consiste el sueldo de José. (Como él sólo hay unos doce en la ciudad, y pobre del que quiera sumarse al gremio.

"No somos chulos, el chuloputas no existe en el círculo de élite en que yo me m...

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José tiene 28 años y trabaja desde hace 11 de celestino, mamporrero o buitre, que es como llaman las putas a los que, apostados en las puertas de los bares de alterne más caros, extienden una tarjeta a los clientes mientras les hablan de saunas y chalés espléndidos con chicas de cine. Unas 120.000 pesetas fijas al mes y 5.000 por cada cliente que lleven. En eso, más las copas y las propinas, consiste el sueldo de José. (Como él sólo hay unos doce en la ciudad, y pobre del que quiera sumarse al gremio.

"No somos chulos, el chuloputas no existe en el círculo de élite en que yo me muevo. Otra cosa es la calle de la Montera, por ejemplo, donde se da la figura del chulo de bocadillo., que las explota para meterse un pico y encima ellas le dan más de 100.000 pesetas diarias. Una mujer me llamó chulo y le pegué lana hostia. Le dije: 'No soy un chulo, soy un hombre que hago mi trabajo, y con mi esfuerzo me gano lo que tengo"."Otra vez salió un señor del D'Arigelo y me dijo: '¿Tú tienes coche, no?, pues me vas a llevar ahora a ana sauna. Pase lo que pase, oigas lo que oigas, no vuelvas la vista atrás'. Monto al señor y me viene una tía: 'Dónde vas, hijo (le puta, que el cliente es mío', me decía ella. Yo, sin mirar atrás, hasta que el señor se monta en mi coche, y ella agarra la puerta. Le dije que por favor cerrara la puerta; ella no quiso, así que la cerré yo. Claro, el tío cuando salió y vio a la luz el cardo que se llevaba a la cama vio en mí la salvación. Así que me dio un propinazo".

"La tía me quería pegar y me amenazó con llamar a su marido, su chulo. Al otro día vino el tío y le dije: 'SI tienes narices, atrévete, que te parto la cara'. Yo me he pegado hasta con la policía, así que qué me va contar esta gente. 'Lárgate de mi vista porque me estás alterando', le dije".

"A mí lo que me jode es un tío que coma. de ellas. Como le dije a una: 'Mira, mientras tú pones el culo, tu chulo está comiendo penes por ahí'. Me dijo que se iba a chivar a él. Vino el chulo al día siguiente y cuando lo vi, era un retaco. Me pregunté: ¿Éste es el que me va a pegar a mí ... ?. 'N o, hombre, es que quiero que retires lo que dijiste', me dijo el tío. Y yo le contesté: '¿Quéee? Lo que voy a retirar va a ser el puño en tu boca; anda, lárrrgate ya'. Yo esperaba un pedazo de tío y había preparado un machete. Pero me tuve que reír cuando se fue".

"Cuando se presenta una noche mala en la sauna todas se cabrean, una altera a la otra, y eso se convierte en un gallinero. Claro, llega uno y todas las broncas vienen a ti: '¿Por qué no traéis a nadie, es que estáis tomando copas, o estáis en el bingo? Luego, las envidias, que si ésta gana más porque el relaciones la está promocionando, que si esto, que si lo otro. Yo nunca recomiendo a ninguna porque si llego allí y no está esa chica, la he cagado, y si la recomiendo y el cliente lo dice de forma descarada, me regañan las otras a rrií".

80.000 diarias

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"Lo normal que puede sacar una chica de sauna son 40.000 u 80.000 diarias. Una del D'Angelo puede salir a diario hasta por 100.000. Si una chica gana un día sólo 20.000, a ésa no hay quien la aguante. Por un tiempo, todos los clientes míos elegían a la misma chica. Claro, ella me trataba a cuerpo de rey y las demás me criticaban. Una casi me quería pegar. Le dije: 'No me levantes la mano porque te hundo en el suelo'. A ésas no les podemos permitir ninguna libertad. A lo mejor un hombre se corta al pegarla. Yo no. No voy a dejar que me arañen. Son capaces de pelearse con un hombre, y yo no voy a jugar con ellas. No son noriñales, son Fieras; yo he visto a una pegarles hasta a dos hombres".

(Él es el decano, y por eso puede hablar de una de las primeras saunas, allá por el Mundial de 1982, que era de homosexuales y tenía un pequeño apartado para chicas. Entonces, los clientes iban a la caza de estos intermediarios, y había noches en que se sacaban más de 100.000 pesetas. Después llegarían los yakuzzi [baños de masaje por corrientes de agua], las sesiones sado-maso y la cosa se encarecíó. El cliente pagaba 15.000 pesetas por hacer el amor y ahora paga unas 30.000. Ellos cobraban la misma comisión que ahora, 5.000 pesetas, pero han conseguido un sueldo Fijo de 120.000. Ahora tienen que abalanzarse sobre el cliente para llevárselo).

Con alitas

"Si lo traemos nosotros, las chicas dicen que el cliente viene con alitas, por lo de buitre, y lo paseamos por las saunas hasta que encuentre una chica que le guste. Es que ahora no hay nada nuevo. Hace tiempo se abrió el lo cura 69, pero com - o el dueño se llevaba muy mal con nosotros, no funcionó. La bañera, una pe queña cueva donde te metes con una cama grandísima, con un plano de cola..., más de 500 me tros cuadrados, y unas 16 muje res. Todo eso no se puede mante ner con 10 clientes al día y el boi cot nuestro".

(A partir de las diez de la noche se aposta en el D'Angelo, uno de los más caros de la ciudad, para ofrecer papelitos que invitan a la fiesta. Cuando cierran el bar de alterne va a otras saunas o a un top less [camareras con el pecho desnudo] a fin de llevarse clientes a otra sauna para la que también trabaja. La noche suele acabar a las seis o las siete, con varias copas en el cuerpo. Por la tarde, la tele, un paseo por el centro de Madrid, algún billar con los amiguetes y vuelta a trabajar. Vive solo y quiere seguir así).

No me llevo nada bien con mi madre, no tengo hermanos ni padre, ni quiero vivir con una chica porque ya tuve problemas con una". Ellas le dicen que él no le da importancia al dinero, y es verdad. "Me puedo gastar 25.000 pesetas en una noche, pero para eso está el dinero. Sin embargo, no me gusta hacerlo con las prostitutas, porque tú vas y las ves ahí monísimas y no sabes que antes ya lo han hecho con cuatro tíos. Yo las estoy viendo y me da un poco de cosa. Hombre, a veces los clientes me invitan y uno también es hombre".

"En una semana, tengo que hacerle a la empresa un mínimo de 12 clientes. El cliente puede llegar a pagar hasta 50.000 pesetas, aunque lo normal son 30.000. Hay que tener en cuenta que la gente ha variado. Hoy van muchos chupatintas, que tienen un sueldo de poco más de 200.000 pesetas, pero como están pagando el coche, la casa... Ahora se ven pocos Mercedes, Jaguar y Porsche. Antes las chicas alternaban hasta dos o tres horas, las invitaban a champaña y se gastaban tanto dinero como si se las llevaran a la carna".

Las chicas se cortan cuando nos ven en otros sitios. A algunas las veo en El Corte Inglés con sus hijos y han agachado la cabeza. Una vez me encontré un vecino. Me dijo: 'Hombre, no digas nada'. Y yo le dije: 'A mí lo que tú hagas no me interesa nada".

Palabras cultas

José estudió hasta quinto de EGB, pero en su forma de hablar se le nota un afán por disimularlo."A un cliente de categoría no se le puede hablar de tío y colega. Hay que decirle palabras cultas, que aunque las pronuncie mal, se de cuenta de que las conozco y séque están ahí".

"Una vez, cogí a un americano que quería coca; tuvimos que movemos por garitos hasta que se la conseguí. Me metí un par de rayas, me metí en el servicio, me puse muy nervioso porque allí me conocían y tiré toda la coca por el water. A la salida, el tío quería lo suyo, y no se creía la historia. El tío tenía unas Pñazas [brazos] increíbles, me cogió contra la pared, y digo 'me rnata'. Me decía 'darne en el pecho', y yo, claro, ¿cómo le iba a dar? Si lo hago me mata. Otro colega que es un enano me decía que se tiraba al cuello del tío, y yo lo imaginaba así, como una rana en la espalda del americano y me tenía que reír. Hasta que llegó un colega y le dijo que era policía, y el tío se fue pitando".

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