El ex presidente de Equidesa afirma que actuó bajo obediencia debida en la compra de terrenos por Renfe

Alberto Echeverri Domecq, ex presidente de Equidesa, la filial de Renfe que llevó a cabo las operaciones de compra de terrenos para el trazado ferroviario en las localidades madrileñas de San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, declaró ayer ante la comisión del Congreso que investiga estas operaciones que en todo momento se comportó como el funcionario que actúa según la obediencia debida. De esa obediencia responsabilizó a José María Rodes, ex director general adjunto del grupo empresarial, que, según Echeverri, fue quien le ordenó que se pusiera a las órdenes de José Luis Pinedo, asesor de ...

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Alberto Echeverri Domecq, ex presidente de Equidesa, la filial de Renfe que llevó a cabo las operaciones de compra de terrenos para el trazado ferroviario en las localidades madrileñas de San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, declaró ayer ante la comisión del Congreso que investiga estas operaciones que en todo momento se comportó como el funcionario que actúa según la obediencia debida. De esa obediencia responsabilizó a José María Rodes, ex director general adjunto del grupo empresarial, que, según Echeverri, fue quien le ordenó que se pusiera a las órdenes de José Luis Pinedo, asesor de García Valverde. Echeverri resaltó el carácter "singular" de la citada operación.

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Según testimonios recogidos en medios próximos a la comisión de investigación de Renfe, la declaración del principal responsable de la compañía ejecutora de toda la cadena de compraventas y transacciones de los terrenos de San Sebastián de los Reyes resultó algo menos apasionante de lo previsto. Las mismas fuentes señalan que Echeverri hizo una descripción muy detallada, prácticamente milimétrica, de todos los pasos que dio al frente de Equidesa.Según Echeverri, fue Pinedo el hombre que ordenó todos los detalles precisos y minuciosos de la operación: bancos a los que debía acudirse, cheques que debían extenderse y su tratamiento, notaría en la que formalizar las escrituras y todo el conjunto de actuaciones necesarias para llevar a cabo la operación diseñada.

En un momento dado de su comparecencia, Echeverri aseguró que no le cabía la menor duda de que estaba cumpliendo órdenes con el pleno respaldo de sus superiores, sobre todo cuando vio que los libramientos para obtener los 1.800 millones de pesetas con que pagar las compras, estaban firmadas por el propio presidente de la compañía, García Valverde.

Echeverri, ante los comisionados del Congreso, se describió, en todo momento, pues, como el funcionario obediente, pero no dejó de mostrar su sorpresa por la singularidad de la operación.

Para ello, Echeverri explicó que aunque dos años antes Equidesa había variado su objeto social para poder llevar a cabo operaciones inmobiliarias de este tipo, no fue hasta entonces cuando actuaron por primera vez en este terreno. Equidesa había sido creada en 1978 para explotar las zonas comerciales en las estaciones de ferrocarril y sus aledaños.

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Echeverri contó ayer ante la comisión que no sólo le sorprendió esa nueva dedicación, siempre, según él, a las órdenes de Pinedo, sino también el volumen económico de las operaciones, según él muy por encima de los que hasta entonces eran habituales en la empresa. Tanto que, siempre según su explicación ante la comisión, el Consejo de Administración de Equidesa mostró su preocupación por el riesgo de la operación y en 1991 Rodes escribió una carta -que él mismo leyó ante la comisión el miércoles, durante su comparecencia- en la que daba seguridades de que las operaciones estaban garantizadas y no había riesgos para los 1.800 millones invertidos.

Durante la mañana, la comisión escuchó en primer lugar a José Miguel Colmenares, ex director del gabinete de urbanismo de Renfe, cuyo testimonio más destacado fue insistir en la idea de singularidad de la operación de San Sebastián de los Reyes, ya que, según él, hasta ese momento Renfe siempre había acudido al procedimiento de las expropiaciones.

Excesivas facultades

Después de Echeverri, entró a declarar ante la comisión Luis María Fernández Rivalla, director de auditoría de Renfe, un técnico que relató cómo en la auditoría practicada en septiembre de 1991 a instancias de la actual directora general de Renfe, Mercè Sala, destacó que en las operaciones auditadas existían demasiados riesgos, excesivas facultades para Equidesa y muy pocos controles de la actuación de esta misma empresa. También destaca la auditoría la falta de acuerdos de órganos de Renfe que autorizasen las operaciones inmobiliarias.

Por fin, la mañana y la semana de la comisión investigadora se cerró con la comparecencia de Alfonso Martínez Gaztelu, director económico y financiero de Equidesa, que declaró que acompañó a Echeverri a unas oficinas de Banesto y a la notaría. En las oficinas cambiaron unos cheques que habían sido extendidos inicialmente por el BBV por otros de este nuevo banco, que además fraccionaron. más las cantidades. Estos cheques se reflejaron en las escrituras de compraventa y, según Gaztelu, su identificación hace fácilmente seguible la pista.

José María Rodes aseguró ayer que es "absolutamente falso" que haya declarado ante la comisión de investigación que Julián García Valverde, José Barrionuevo, Joaquín Leguina y Eduardo Mangada "conocieran al detalle las operaciones de compraventa".

"Por el contrario añadió Rodes, "dejé claro ante la comisión que su conocimiento se refería al diseño global de la operación (el plan de compras de terrenos y la compra en sí) y nunca a los detalles". "En ningún momento dije que conocieran los pasos de la operación. Del mismo modo que yo tampoco los conocía", agregó.

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