Londres envía mas soldados al Ulster para disuadir una represalia unionista

El Gobierno británico envió ayer urgentemente un nuevo batallón de soldados a Irlanda del Norte como primera medida preventiva de una temida escalada de sangrienta violencia civil en la provincia como con secuencia del atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que el viernes provocó la muerte de siete obreros protestantes.

Los dirigente políticos de la provincia temen una drástica represalia de los grupos terroristas protestantes contra católicos por la matanza del viernes, la más grave de civiles desde la muerte de 11 personas en Enniskillen en 1987. El responsable de seguridad ...

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El Gobierno británico envió ayer urgentemente un nuevo batallón de soldados a Irlanda del Norte como primera medida preventiva de una temida escalada de sangrienta violencia civil en la provincia como con secuencia del atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que el viernes provocó la muerte de siete obreros protestantes.

Los dirigente políticos de la provincia temen una drástica represalia de los grupos terroristas protestantes contra católicos por la matanza del viernes, la más grave de civiles desde la muerte de 11 personas en Enniskillen en 1987. El responsable de seguridad en la Administración de Irlanda del Norte, Brian Mawhinney, anunció la llegada de los refuerzos militares tras negociar con la policía y el Ejército. No ha trascendido el número exacto de soldados movilizados, pero se calcula que podrían rondar el millar. A primeros de mes ya llegaron otros mil para hacer frente a la campaña de coches bomba desarrollada por el IRA en Belfast, que ha dejado a la ciudad extenuada. Unos 11.000 soldados y otros tantos policías patrullan las calles y carreteras de la provincia.El atentado del viernes en una carretera del oeste de la provincia es el más sangriento ataque del IRA contra civiles que trabajan para las fuerzas de seguridad desde que en 1985 comenzó una campaña contra ellos. Los siete asesinados trabajaban en la reconstrucción de un cuartel dañado en un ataque del IRA junto con otros siete compañeros también heridos.

La atmósfera en el Ulster está ahora próxima al pavor, en espera de la reacción de los terroristas protestantes. La viuda de uno de los albañiles dijo que no podía sino ventear su odio, y pidió la horca para los asesinos. La bomba que destrozó la furgoneta en la que viajaban los obreros pesaba unos 700 kilos y dejó un cráter del tamaño de un autobús de dos pisos. "Había cuerpos por todos los lados. Un chaval de 19 años murió cuando llegarnos", decía ayer una mujer. "Muchos hombres habían perdido las piernas".

Los líderes políticos unionistas (protestantes) han pedido la restauración del internamiento sin juicio, una medida puesta en práctica en los años setenta que no hizo sino incrementar la resistencia de los católicos del Ulster y que Londres ha descartado.

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