Un mar de droga

Los 'narcos' gallegos comienzan a esconder los alijos bajo las aguas de la ría de Arosa

, La fuerte represión policial contra los clanes de la droga en Galicia ha obligado a estos grupos a cambiar sus tradicionales esquemas. La detención de los capos históricos arosanos ha propiciado la multiplicación de pequeñas redes de narcotraficantes muy activas en el último año y medio. Para evitar riesgos y ocultar la droga, los narcos recurren ahora a los escondites más inverosímiles. Los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) necesitaron hace poco una semana para rescatar una tonelada de hachís escondida a 120 metros de profundidad en la costa pontevedresa. La Guardia Civil de...

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, La fuerte represión policial contra los clanes de la droga en Galicia ha obligado a estos grupos a cambiar sus tradicionales esquemas. La detención de los capos históricos arosanos ha propiciado la multiplicación de pequeñas redes de narcotraficantes muy activas en el último año y medio. Para evitar riesgos y ocultar la droga, los narcos recurren ahora a los escondites más inverosímiles. Los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) necesitaron hace poco una semana para rescatar una tonelada de hachís escondida a 120 metros de profundidad en la costa pontevedresa. La Guardia Civil desplegó recientemente sus hombres rana en el litoral de la isla de Arosa, donde se ha llegado a registrar el cementerio en busca de escondites de droga.

La policía asegura que ocho grupos, todos ellos con centros de operaciones en la localidad pontevedresa de Cambados, controlan en Galicia el negocio de la fariña (harina). La mayoría de estas bandas han surgido aprovechando el vacío dejado por los jefes históricos encarcelados por el juez Baltasar Garzón tras la Operación Mago.Antiguos empleados de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, del clan de los Charlines o de Laureano Oubiña se han transformado a marchas forzadas en los nuevos capos arosanos. Otros, desconocidos, irrumpieron en este escenario con la ficha policial en blanco y los hay que se han puesto a la faena tras pasar una larga temporada entre rejas.

La policía tiene localizada a esta nueva generación de narcos, pero su movilidad dificulta el seguimiento de sus actividades.

Los clanes

Según el esquema que ha logrado reconstruir la policía, los grupos denominados Parada, Los Aurelios, O Patoquiño, Mon, Costiñas, Sandía, Pancho y Vilariño son considerados los principales clanes gallegos, que operan indistintamente, en el mercado de la cocaína, el hachis o el tabaco. En total se considera que movilizan a cerca de un centenar de personas.El punto preferido para almacenar la mercancía transportada por estos grupos es el estratégico territorio de, la isla de Arosa. Meses después de la primera gran redada policial contra el narcotráfico, los vecinos alertaron sobre la presencia de buzos, hasta entonces in usual, en la recóndita playa del Faro. Estos hombres rana fueron vistos en varias ocasiones por unos pocos bañistas asiduos de esta pequeña cala de difícil acceso. Sobre este acantilado se divisan las instalaciones de una depuradora de marisco propiedad de la familia de los Charlines, donde solían estar, aparcados camiones belgas y turcos.

Según los testimonios recogidos, dos buzos frecuentaron este lugar el pasado verano. A bordo de una pequeña embarcación fondeaban a un kilómetro de la costa junto a una boya y realizaban varias inmersiones. Luego, se alejaban en otra dirección. Semanas después, una vecina fue testigo de que a su sobrino "unos desconocidos le dijeron que comprase un traje de buzo si quería ganar mucho dinero".

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Otro punto de fondeo de droga muy comentado por los isleños se encuentra próximo a un varadero conocido como el Naval. La policía sospecha que en esta zona se aprovechan los escondites de pequeños archipiélagos rocosos. En este lugar también se han observado movimientos extraños de "gente conocida del trapicheo", pero nadie se atreve a comentar nada. "En estas cosas es mejor. no ser curioso. Ver, oír y callar", explica un marinero.

A mediados del pasado octubre, un grupo de submarinistas de la Guardia Civil realizó una espectacular batida en la zona costera de la isla en busca de estos escondites que, según fuentes oficiales, resultó infructuosa. Desde entonces agentes del mismo cuerpo han practicado numerosos registros domiciliarios.

El recurso a los fondeaderos para ocultar droga no ha dejado de sorprender a las autoridades. Una información obtenida por la policía permitió que el SVA descubriese el pasado 23 de diciembre una tonelada de hachís escondida a 120 metros de profundidad en las imnediaciones de la localidad pontevedresa de A Guarda, en la frontera con Portugal. El sistema de fondeo era tan complejo que la droga no. pudo ser izada a la superficie hasta después de una semana, gracias a la ayuda de un moderno pesquero.

Ya en las Navidades de 1990, el SVA y la Guardia Civil localizaron en la isla de Ons (Pontevedra) 500 kilos de hachís que habían sido anclados en el mar. Seis meses después, una playa de Cedeira, a 30 kilómetros de Ferrol, era escenario de un auténtico aluvión de cocaína. Varios marineros hallaron en la arena 1.320 kilos de esa droga empaquetados para resistir la humedad. Pasados cinco días aparecieron en la localidad próxima de Valdoviño otros 92 fardos que pertenecían al mismo alijo, lo que permitió deducir que la droga había estado fondeada y que una fuerte marea la arrastró a la costa.

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