España y EE UU firman un convenio contra la demanda de estupefacientes

Las administraciones española y de EE UU firmaron ayer un acuerdo de colaboración para la reducción de la demanda de drogas, mediante programas conjuntos de información, educación y tratamiento de toxicomanías. El acuerdo fue suscrito por Miguel Solans, delegado del Plan Nacional sobre Drogas, y Bob Martínez, director de la Oficina Nacional para la Política de Control de Drogas de EE UU, quien lo calificó de "único y raro" por cuanto no comporta medidas represivas.La política policial contra la droga ha sido, sin embargo, una de las claves para que EE UU haya conseguido disminuir de 25 a 12,9 ...

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Las administraciones española y de EE UU firmaron ayer un acuerdo de colaboración para la reducción de la demanda de drogas, mediante programas conjuntos de información, educación y tratamiento de toxicomanías. El acuerdo fue suscrito por Miguel Solans, delegado del Plan Nacional sobre Drogas, y Bob Martínez, director de la Oficina Nacional para la Política de Control de Drogas de EE UU, quien lo calificó de "único y raro" por cuanto no comporta medidas represivas.La política policial contra la droga ha sido, sin embargo, una de las claves para que EE UU haya conseguido disminuir de 25 a 12,9 millones el número de cocainómanos, según Martínez: "Creemos en un sistema de libertades, pero también en ciertas normas. Estamos de acuerdo, y así lo hemos establecido, en que es ilegal el suministro, la venta y la tenencia de drogas".

A diferencia de España, donde la heroína representa el mayor problema entre la población toxicómana, la cocaína constituye en EE UU una verdadera epidemia. El verdadero sentido del convenio firmado ayer es, según Bob Martínez, el que España se pueda beneficiar de la experiencia norteamericana en el tratamiento de la adicción a la cocaína, "y nosotros de la española, ya que a menudo después de una etapa de consumo de cocaína se pasa rápidamente a la heroína". El representante de EE UU se refirió también a la preocupación dé su gobierno por el consumo de dos drogas legales, el alcohol y el tabaco.

La Administración Norteamericana invirtió el año pasado 11.000 millones de dólares (1 billón 100.000 millones de pesetas) en la lucha contra las drogas. Según Martínez, un tercio se destino a interceptar los flujos de trafico de drogas internacionales, otro tercio al control del suministro interno, y el resto a las políticas de reducción de la demanda, a través de la educación, la prevención y los tratamientos de toxicómanos.

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