La amenaza de una clase media resentida

El fenómeno de David Duke en Luisiana es una llamada de atención a toda la clase política norteamericana, amenazada por la reacción de la clase media en un momento de crisis económica, según los analistas."Estados Unidos permanecerá alerta", dijo el sábado el gobernador Edwin Edwards ante el riesgo de que ,nuevos Dukes surjan por todo el país. "Nosotros lo hemos parado, pero otros Dukes pueden aparecer en otros Estados, en otras elecciones, incluso en elecciones presidenciales", advirtió Edwards.

David Duke es la salida radical encontrada por los trabajadores y la clase media de este pa...

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El fenómeno de David Duke en Luisiana es una llamada de atención a toda la clase política norteamericana, amenazada por la reacción de la clase media en un momento de crisis económica, según los analistas."Estados Unidos permanecerá alerta", dijo el sábado el gobernador Edwin Edwards ante el riesgo de que ,nuevos Dukes surjan por todo el país. "Nosotros lo hemos parado, pero otros Dukes pueden aparecer en otros Estados, en otras elecciones, incluso en elecciones presidenciales", advirtió Edwards.

David Duke es la salida radical encontrada por los trabajadores y la clase media de este país en un momento en el que la palabra más repetida para calificar el escenario político y social es frustración. Esa misma frustración es el principal argumento esgrimido por otro outsider dispuesto a desafiar a George Bush desde la derecha republicana. Se trata del comentarista político Pat Buchanan, que es famoso en el país por su continua aparición en los debates televisivos.

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Por primera vez en muchos años, la clase media ve amenazado su futuro, y culpa a los políticos de Washington por esa situación. El que tiene un puesto de trabajo está harto de cargar con el peso de la economía nacional. Quiere mejores servicios y menos impuestos. Duke obtuvo cerca de 700.000 votos en Luisiana porque decía defender esas ideas. Extendido ese porcentaje a nivel nacional equivaldría a un fuerte golpe contra el sistema.

Si los norteamericanos se convencen de que necesitan opciones radicales, George Bush tiene un futuro incierto. Los demócratas tienen a su propia opción radical deshojando la margarita: el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo. Para Bush puede ser peligroso quedarse en el centro de dos opciones radicales. "Tradicionalmente el centro en el Partido Republicano ha sido el sitio de los perdedores", ha comentado un analista de una cadena de televisión.

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