Una banda de carteristas toma una estación de metro como base de operaciones

Una banda organizada de carteristas, conocida con el sobrenombre de los peruanos, actúa en la estación de metro de Tribunal desde hace cuatro meses.

Sus acciones delictivas afectan diariamente a casi una veintena de usuarios de este transporte, y siempre en la misma estación, convertida en su base fundamental de operaciones.

Sus cinco integrantes emplean un sencillo esquema de trabajo: uno de los delincuentes permanece sobre el andén, designando a sus compañeros las víctimas propiciatorias y vigilando la posible llegada de los agentes de seguridad.

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Una banda organizada de carteristas, conocida con el sobrenombre de los peruanos, actúa en la estación de metro de Tribunal desde hace cuatro meses.

Sus acciones delictivas afectan diariamente a casi una veintena de usuarios de este transporte, y siempre en la misma estación, convertida en su base fundamental de operaciones.

Sus cinco integrantes emplean un sencillo esquema de trabajo: uno de los delincuentes permanece sobre el andén, designando a sus compañeros las víctimas propiciatorias y vigilando la posible llegada de los agentes de seguridad.

Los restantes carteristas, divididos en dos grupos, toman los vagones de los elegidos. Las sustracciones se efectúan generalmente momentos antes de la llegada del tren a una estación, aprovechando la distracción que produce la inercia de la frenada del convoy.

Los delincuentes se colocan en la parte posterior de un vagón y en la delantera del siguiente. De esta manera mantienen comunicación visual entre sí. En caso de algún tipo de contrariedad, ambos grupos se reúnen, crean alguna confusión y desaparecen rápidamente entre los viajeros. Al cabo de media hora, los carteristas vuelven a reagruparse en Tribunal.

En los largos pasillos que unen las líneas números 1 y 10 reparten lo obtenido. Las billeteras son abandonadas en los contenedores y en las papeleras de la calle de Barceló.

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Al menos uno de ellos esconde bajo la ropa una navaja de gran tamaño. De todas formas, no es habitual que empleen la violencia para cometer los hurtos.

Contusiones

Los propios trabajadores de la Compañía Metropolitano han sufrido las actuaciones delictivas de esta banda.El pasado día 6, el bolso de la jefa de estación fue sustraído del interior de la cabina de mando. "Al no existir cámaras de televisión en los pasillos, no podemos vigilar lo que sucede en los corredores", comenta un trabajador de la línea.

"En el mes de octubre, una mujer sufrió diversas contusiones en brazos y cara, tras negarse a entregar la cartera. No nos apercibimos hasta pasada media hora", afirmó otro de los empleados de la estación de Tribunal.

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