La policía reconoce que ha perdido el rastro del preso evadido de Pamplona

La policía de Vitoria intensificó ayer la búsqueda de Santiago Garijo, un preso peligroso evadido de la cárcel de Pamplona, tras conocer que después de secuestrar a una mujer regresó a la capital alavesa en un Peugeot 405. Su propietario, al ver la fotografía de Garijo en los periódicos, se presentó a la Policía Municipal. Los responsables de la investigación creen que ha podido marcharse ya de la ciudad, donde ni autobuses ni trenes estaban vigilados.

Garijo cumplía en la prisión de Pamplona un condena de 11 años por el homicidio de un jubilado, al que en unión de dos compañeros as...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La policía de Vitoria intensificó ayer la búsqueda de Santiago Garijo, un preso peligroso evadido de la cárcel de Pamplona, tras conocer que después de secuestrar a una mujer regresó a la capital alavesa en un Peugeot 405. Su propietario, al ver la fotografía de Garijo en los periódicos, se presentó a la Policía Municipal. Los responsables de la investigación creen que ha podido marcharse ya de la ciudad, donde ni autobuses ni trenes estaban vigilados.

Garijo cumplía en la prisión de Pamplona un condena de 11 años por el homicidio de un jubilado, al que en unión de dos compañeros asestó 14 puñaladas y remató a martillazos en 1987. A primeros de octubre, no regresó a la cárcel al finalizar un permiso. El miércoles fue descubierto en Vitoria al intentar sin éxito arrebatar el arma a un policía municipal al que amenazó con un cuchillo.Los diferentes cuerpos policiales que buscan al fugitivo temieron en un primer momento que el conductor del Peugeot 405 hubiera sido secuestrado. Sin embargo, durante la mañana de ayer esta persona prestó declaración ante la Policía Municipal de Vitoria, al reconocer a Garijo a través de las fotografías publicadas en los periódicos.

Según su declaración, el preso le pidió que le trasladara hasta Vitoria y le explicó que recurría a él porque había roto con su novia después de una fuerte discusión y ella le había dejado "tirado" en el peaje de la autopista.

Durante el viaje, sin ningún tipo de coacción, el fugitivo y el conductor charlaron sobre las relaciones de pareja y bromearon al respecto. El testigo dijo además a la policía que Garijo tenía pensado ir a Bilbao donde conocía a una chica.

Cuando se despidieron, a escasos metros de donde unas horas antes había intentado quitar el arma reglamentaria a un agente municipal, y posteriormente secuestró a una mujer con su coche, Garijo le agradeció su amabilidad: "Da gusto hablar con personas como usted", le dijo.

Buena conducta

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El evadido había demostrado buena conducta durante los cuatro años que ha permanecido en prisión, razón por la cual en marzo del próximo año iba a conseguir la libertad condicional. El director de la cárcel de Pamplona, Segundo Pascual, ratificó ayer este hecho y subrayó que la posibilidad de que un preso no vuelva después de disfrutar un permiso concedido de forma reglamentaria "es un riesgo que hay que asumir".La Policía Municipal de Vitoria baraja la posibilidad de que el preso evadido haya podido salir ya de la capital alavesa ya que su búsqueda se centró en el automóvil Peugeot 405, mientras permanecieron libres de vigilancia los autobuses y trenes.

El Cuerpo Nacional de Policía considera peligroso a Santiago Garijo, que en 1987, y en compañía de otros dos jóvenes asestó 14 puñaladas al jubilado Isidro Goñi porque gritaba demasiado mientras discutían, según explicaron. Acto seguido le remataron golpeándole con un martillo en la cabeza y festejaron el hecho bebiendo una botella de pacharán.

Por efecto del alcohol se quedaron dormidos en el domicilio de la víctima y a la mañana siguiente intentaron quemar la casa para borrar las huellas. Tres horas después fueron detenidos e ingresaron en prisión.

Sobre la firma

Archivado En