Una delegación británica negocia el lunes en Madrid el control de fronteras de Gibraltar

Una delegación británica llegará a Madrid el lunes para discutir con las autoridades españolas el control de las fronteras de Gibraltar. Se trata de la primera negociación oficial desde que España bloqueó, el pasado 14 de junio, la firma del convenio sobre fronteras exterlores de la CE. El Gobierno no acepta suprimir la Verja sin un acuerdo conjunto para el control. del puerto y del aeropuerto de Gibraltar y, como arma de presión, ha suspendido toda la cooperación policial y administrativa con los británicos para el control del contrabando y las drogas que entran en la Península a través del P...

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Una delegación británica llegará a Madrid el lunes para discutir con las autoridades españolas el control de las fronteras de Gibraltar. Se trata de la primera negociación oficial desde que España bloqueó, el pasado 14 de junio, la firma del convenio sobre fronteras exterlores de la CE. El Gobierno no acepta suprimir la Verja sin un acuerdo conjunto para el control. del puerto y del aeropuerto de Gibraltar y, como arma de presión, ha suspendido toda la cooperación policial y administrativa con los británicos para el control del contrabando y las drogas que entran en la Península a través del Peñón.El Reino Unido y España están sometidos a la presión del resto de los Doce para lograr un acuerdo que permitirá suprimir las fronteras internas de la Comunidad el 1 de enero de 1993, como establece, el Acta Única.

La negociación con el Reino Unido ha provocado una sorda pelea de protagonismo entre Interior y Exteriores, instigada por los británicos. El ministro del Interior, José Luis Corcuera, que ha recibido una propuesta de su colega británico, Kenneth Baker, reclama poder de decisión sobre la supresión de las fronteras internas, que le corresponde por ser de incumbencia.del Grupo de Trevi. Según fuentes del Gobierno, "Gibraltar es un tema de Estado que sólo trata Exteriores por delegación del presidente, y un patinazo en este asunto haría caer a cualquier Gobierno".

"La postura española es firme", manifestaron fuentes de Exteriores, que recordaron que la denuncia del vestigio colonial que representa Gibraltar hecha por el Rey el pasado lunes ante la Asamblea General de la ONU o la protesta similar de Felipe González hace un año ante el Consejo de Europa tienen mucho que ver con la resistencia británica a mantener incluso la situación actual en los términos en que fue firmada por Fernández Ordóñez y lord Carrington en el acuerdo de Londres de 1987.

España ha propuesto dos fórmulas: la exclusión pura y simple de Gibraltar del convenio de la CE o la suspensión de su aplicación al territorio del Peñón hasta que un acuerdo bilateral determine el control conjunto de las fronteras. El Reino Unido ha rechazado ambas. Las nuevas propuestas a discutir son simples variantes, consistentes en modificar ciertos artículos del convenio de la CE para garantizar un control español de las personas que entren por el puerto o el aeropuerto gibraltareños.

El precedente es la directiva de aeropuertos regionales de la CE -cuya aplicación al Peñón está suspendida porque las autoridades gibraltareñas se niegan a permitir la terminal conjunta y el control aduanero compartido previstos en el acuerdo hispanobritánico de 1987. España no puede ceder porque con ello perdería pie en sus reivindicaciones de soberanía sobre el istmo y del fin del dominio colonial.

El Gobierno británico pretende con ello vaciar de contenido la disputa, al intentar hacer ver que, en el aspecto de las fronteras, la colonia no es algo diferente de Escocia o Irlanda del Norte.

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Fuentes del Foreign Office declararon que han propuesto "una fórmula aceptable que cuenta con el visto bueno del Ministerio del Interior español en un tema de su competencia". La nueva propuesta presentada a Corcuera consiste en una declaración aneja que permite mantener el control fronterizo español en la Verja. Interior ve con buenos Ojos la propuesta si resulta viable, pero Exteriores insiste en que entraría en contradicción con la supresión de fronteras interiores que impone el Acta única y con el propio artículo 1 del convenio que no permite dos fronteras exteriores de la CE consecutivas. Bastaría que un ciudadano comunitario denunciara el doble control de entrada a la Península para que la CE anulara esa declaración aneja.

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