Entrevista:

"Paz en Oriente Próximo a cambio de territorios palestinos"

Si todo sale como está previsto -y de momento nada parece indicar que habrá sorpresas capaces de alterar los planes de Washington-, dentro de un mes árabes e israelíes tratarán de hablar de paz. Pieza fundamental en el rompecabezas medioriental es Jordania, que compartirá su asiento con los palestinos. Lo que se respira en el despacho del primer ministro jordano, Taher al Masri, en esta entrevista con EL PAÍS y el diario londinense The Daily Telegraph, es optimismo cauteloso y esperanzas de que del nuevo orden mundial de EE UU surjan pruebas concretas de respeto a resoluciones de las ON...

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Si todo sale como está previsto -y de momento nada parece indicar que habrá sorpresas capaces de alterar los planes de Washington-, dentro de un mes árabes e israelíes tratarán de hablar de paz. Pieza fundamental en el rompecabezas medioriental es Jordania, que compartirá su asiento con los palestinos. Lo que se respira en el despacho del primer ministro jordano, Taher al Masri, en esta entrevista con EL PAÍS y el diario londinense The Daily Telegraph, es optimismo cauteloso y esperanzas de que del nuevo orden mundial de EE UU surjan pruebas concretas de respeto a resoluciones de las ONU que, desde hace años, abogan a favor de los árabes cuyas tierras fueron usurpadas por Israel.Pregunta. Si ha dicho que en la delegación conjunta jordanopalestina en realidad será usted quien hable por los palestinos.

Respuesta. No, no. Yo soy primer ministro de Jordania... Se formará una delegación conjunta y en línea con ciertos acuerdos con los palestinos. Serán los palestinos los que decidan quién los representará en la conferencia. En realidad serán dos delegaciones en una. O sea, habrá un jefe de delegación, pero dentro de la conferencia habrá dos cuartos: los palestinos hablarán por separado con los israelíes, por un lado, y los jordanos hablarán con los israelíes. Habrá un elevado grado de interrelación entre palestinos y jordanos, pero al mismo tiempo habrá independencia, con cooperación y coordinación.

P. ¿Cómo reaccionaría Jordania si la Organización para la Liberación de Palestina anuncia que es la OLP la que ha designado los delegados?

R. Eso no está en las reglas; por tanto, no va a ocurrir.

P. ¿Jordania ya ha iniciado contactos con los palestinos?

R. Siempre hemos tenido contactos, y hemos creado ciertos mecanismos incluso mucho antes de la decisión adoptada por el Consejo Nacional Palestino (la semana pasada en Argel).

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P. ¿Qué dice usted a los palestinos que ven en ese plan poco menos que una traición a sus aspiraciones nacionalistas?

R. Antes que nada, éste es un momento histórico en el que se registra un giro de 180 grados. En la mente de los árabes, y de los palestinos en particular, Israel es un tabú. La paz con Israel es un tabú, y, después de la guerra del Golfo, de pronto ernerge la realidad de que habrá negociaciones cara a cara con Israel. No es fácil que ese individuo qué critica el plan de paz acepte la idea. No la acepta, especialmente, el palestino que se siente un pueblo oprimido y que considera que se va a negociaciones en una posición de debilidad, Pero ¿cuál es la alternativa? No hay una potencia capaz de equilibrar el poder de EE UU. Vemos que la URSS pone en Israel el recurso humano, los inmigrantes judíos, y EE UU les da los recursos financieros, los dólares. Ambos elementos unen sus fuerzas para establecer más asentamientos en los territorios ocupados, y estos asentamientos son una especie de cáncer. Cáncer maligno que se está extendiendo. No hay manera de pararlo. Hemos optado por la solución política. No se puede ir a medias. Hay que recorrer el camino hasta el final.

P. ¿Y si falla esa solución política?

R. Si este esfuerzo de paz, la reunión con los israelíes, no produce frutos, entonces estaremos sembrando las semillas de una nueva guerra. Los árabes no están yendo a la conferencia a rendirse. Están yendo a recuperar sus derechos y a recuperar sus territorios. Hemos ido eludiendo una solución política. Ahora vamos a por ella por primera vez en la historia. Todos estos hechos no están siendo absorbidos rápidamente por el individuo árabe. Entiendo ese sentimiento, y no le culpo. Para mí también es difícil absorberlo. Muy dificil.

P. Digamos que la conferencia se inaugura. Pero la agenda inmediata contiene puntos esenciales como las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que Israel, claramente, no está dispuesto a considerar siquiera. ¿Cuál es su pronóstico ante esa muy posible eventualidad que, automáticamente, haría descarrilar el proceso de paz?

R. El propósito de la conferencia es lograr un arreglo global sobre la base de la resolución 242 y la fórmula paz a cambio de territorios. Cuando hablamos de la dimensión palestina en la conferencia, hablamos de un periodo de transición. Quizá el tema de los territorios no aparecerá el primer día de la conferencia. Lo que sí le puedo asegurar es que lo primero que se tocará es el problema de los asentamientos y la petición de que se detenga la construcción de asentamientos. Y tenemos que lograrlo, porque la idea, -paz a cambio de territorios-, está siendo aceptada y aplicada.

P. Eliminada la opción de la lucha armada, ¿es entonces la opinión pública internacional la única arma en manos árabes?

R. El mayor apoyo que reciben los árabes y los palestinos es el sentimiento internacional de que este conflicto ha durado demasiado y que los palestinos merecen recuperar sus derechos.

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