Solchaga asienta sus tesis a favor del liberalismo social dentro del 'magma ideológico' del PSOE

Dirigentes del PSOE alineados con el aparato del partido destacan la "habilidad" del ministro de Economía, Carlos Solchaga, para sentar su posición en el comité federal del viernes y dejar claro que desde ahora hay alguien dispuesto a defender los postulados del liberalismo social dentro del partido. La réplica del vicesecretario general, Alfonso Guerra, en los parámetros del socialismo clásico, hace preguntarse a estos interlocutores qué posición logrará ser mayoritaria en el futuro, al estimar que en el PSOE existe hoy un notable "magma ideológico".

Guerra lamentó que algunos dirigent...

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Dirigentes del PSOE alineados con el aparato del partido destacan la "habilidad" del ministro de Economía, Carlos Solchaga, para sentar su posición en el comité federal del viernes y dejar claro que desde ahora hay alguien dispuesto a defender los postulados del liberalismo social dentro del partido. La réplica del vicesecretario general, Alfonso Guerra, en los parámetros del socialismo clásico, hace preguntarse a estos interlocutores qué posición logrará ser mayoritaria en el futuro, al estimar que en el PSOE existe hoy un notable "magma ideológico".

Guerra lamentó que algunos dirigentes de su partido no aprovecharan la ocasión para intervenir en el debate de "ideas", toda vez que sólo ocho personas pidieron la palabra. Tanto dirigentes afectos al aparato del PSOE como quienes mantienen una posición ecléctica, coinciden en considerar "muy positiva" la intervención de Solchaga, porque por primera vez se defendieron en público las ideas del liberalismo social.Las fuentes informantes aseguran que Solchaga sólo cuenta dentro del partido con el apoyo de la federación navarra y en el seno del Consejo de Ministros con el del titular de Industria, Claudio Aranzadi, que no es militante del PSOE, como único correligionario ideológico.

Estos interlocutores reconocen que los documentos del partido aprobados en el último congreso no se alejan de las tesis que defendió Alfonso Guerra y las expuestas por el representante de Izquierda Socialista, Antonio García Santesffiases, que se sintetizan en la aceptación de la economía de mercado, pero con el papel corrector del Estado. Varios ministros señalan que la política económica del Gabinete es claramente socialdemócrata. Un ministro afirmó: "Aunque ahora no se aprecie, dentro de unos años habrá quedado patente que este Gobierno ha llevado una política social avanzada".

Miembros del comité federal tienen la impresión de que Solchaga "ha sentado precedente y ha querido decir que actualmente no tiene fuerza orgánica, pero que representa una posición que hay que tener. en cuenta". El interrogante para estos interlocutores está en cuál de las dos posiciones irá tomando más fuerza en el futuro, ya que califican de "magma ideológico" el actual entrafilado teórico del PSOE.

Perder la oportunidad.

Estas fuentes señalan que muchos personajes relevantes del PSOE perdieron su oportunidad al no intervenir en este debate, como ya se encargara de reprochar Alfonso Guerra. Estas fuentes indican que Alfonso Guerra afirmó que era de lamentar la intervención "de algún compañero que siempre ha demandado debates sobre ideas y que tan sólo se ha referido a cuestiones orgánicas". Al parecer Guerra se refería al madrileño Agapito Ramos y al andaluz Ramón Vargas Machuca, que intervinieron para defender a un partido que necesariarnente debía ser. más democrático internamente.Solchaga defendió la libertad antes qué el socialismo, habló de la importancia de la "eficiencia" y el error de raíz del comunismo al prescindir dél mercado. Los interlocutores señalan que AlfonsoGuerra quiso demostrar que conocía perfectamente. el pensamiento teórico en el que se basaba Solchaga y citó a Ralf Dahrendorf, a Karl Popper y a F. Hayek.

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Según Guerra, Solchaga, de entre estos pensadores, estaría más cerca del último, al que se considera como padre espiritual del neoliberalismo, y se distanciaría de Dahrendorf y de su última obra, La carta a un caballero polaco, en la que se pregunta qué puede hacer el socialismo después del derrumbe del comunismo, apuntando la posibilidad de una tercera vía.

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