Rotundo rechazo de Pujol a la independencia de Cataluña ante el Parlamento autónomo

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, rechazó ayer rotundamente que su propósito sea acceder a la independencia de Cataluña o preparar el camino hacia ella e insistió en que su objetivo estratégico es lograr amplias cotas de autonomía. "La independencia no tiene salida", dijo en el debate parlamentario sobre política de la Generalitat. Pujol respondía así al secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Ángel Colom, quien desde la tribuna había vaticinado que "un día, un diputado proclamará la República catalana". Colom añadió que ese día le gustaría que Convergéncia estuviera al l...

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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, rechazó ayer rotundamente que su propósito sea acceder a la independencia de Cataluña o preparar el camino hacia ella e insistió en que su objetivo estratégico es lograr amplias cotas de autonomía. "La independencia no tiene salida", dijo en el debate parlamentario sobre política de la Generalitat. Pujol respondía así al secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Ángel Colom, quien desde la tribuna había vaticinado que "un día, un diputado proclamará la República catalana". Colom añadió que ese día le gustaría que Convergéncia estuviera al lado "de la libertad y de la nación catalana".

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Pujol explicó que entre el centralismo puro y el independentismo caben otras dos posibilidades para establecer las relaciones de Cataluña con el resto de España: la mera descentralización administrativa y la autonomía política. Aseguró que los planteamientos independentistas "no tienen salida", que él siempre ha defendido una autonomía dentro de la democracia española y que no es realista hablar de un gradualismo para pasar de la autonomía a la independencia. En este sentido, subrayó que es en países fuertemente centralizados, como la Unión Soviética, donde algunas de sus naciones no han tenido otra opción que ir hacia la independencia, y vino a decir que el mejor antídoto para evitar el independentismo es precisamente la profundización autonómica.Pujol advirtió a Colom del peligro de defender planteamientos independentistas, "ya que es un camino que no lleva a ningún sitio" y en cambio sí produce "frustración". "La independencia precisa de una serie de condiciones que en Cataluña no se dan", aseguró.

Paradoja

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La autonomía deseada la basó Pujol en tres líneas maestras: el control político y administrativo del territorio, el claro reconocimiento de la identidad política, cultural y lingüística catalanas y un buen sistema de financiación.

Colom se convirtió en el primer diputado que ha defendido la independencia ante el pleno del Parlamento catalán, con la paradoja de que lo hizo en nombre de un partido que se presentó a las elecciones cuando él aún no lo dirigía y con un programa electoral que no propugnaba la independencia por mucho que criticara las deficiencias del Estatuto. El dirigente de ERC vaticinó: "Algún día, un diputado, en nombre de la mayoría democráticamente elegida por nuestro pueblo, proclamará, para fortalecer la unidad europea y contribuir a la paz, la República de Cataluña. En ese momento veremos si usted y los suyos siguen con el hecho diferencial, la especificidad y exponiendo una lectura interpretativa del Estatuto o bien se han puesto ya al lado de la libertad y de la nación catalana".

Oferta de Obiols

Raimon Obiols, líder del partido socialista catalán, ofreció a Pujol la posibilidad de llegar a una coincidencia en los objetivos estratégicos de Cataluña: la reforma del Estado y la unidad europea, pero el presidente de la Generalitat no se dio por aludido. El dirigente del PSC, en una intervención de tono conciliador, expresó su convencimiento de que todos los catalanes están vitalmente interesados en que la situación europea no se complique y provoque un retraso en la unión política y económica.

"Creo que ustedes y nosotros acabaremos poniéndonos de acuerdo", afirmó Obiols, "aunque no fácilmente". Para que esa coincidencia estratégica se produzca exigió que los nacionalistas abandonen el discurso "esencialista" y, por el contrario, el debate entre las fuerzas mayoritarias del país se centre en Ios contenidos políticos del autogobierno". Precisamente por considerar que la unión europea en cíernes constituye una oportunidad histórica" para Cataluña, Obiols recriminó a Pujol haber actuado con una cierta ligereza al lanzarse a la exaltación de las explosiones de nacionalismo en el centro y este de Europa.

Rafael Ribó, presidente de la federación Iniciativa per Catalunya (IC), a quien correspondió abrir la sesión de la tarde, realizó un esfuerzo para llevar el debate hacia la discusión concreta de la gestión gobierno de Pujol. Hasta la intervención de Ribó, Pujol se había movido con comodidad en la réplicas a las intervenciones de los portavoces de ERC y el Partido Popular (PP), que centraron su discurso en la crítica, desde ángulos contrapuestos, al nacionalismo de Pujol.

Ribó acusó a Pujol de haber planteado en el discurso inicial un engaño al Parlament, al proponer un debate de tipo conceptual sobre la cuestión nacional, en vez de hacerlo sobre los problemas reales del país y el uso que el Gobierno catalán hace de un presupuesto que supera el billón de pesetas.

El recién designado candidato a la presidencia de la Generalitat por el PP, Aleix Vidal-Quadras, repartió sus críticas entre socialistas y convergentes, levantando con sus palabras, por primera vez, la irritación en las filas del PSC. Recriminó a Pujol que hiciera una política seguidista del PSOE y que lo apoyara sistemáticamente. Acusó a los nacionalistas de sembrar la confusión y tratar de sacar provecho electoral de ella: "En esta técnica, la mayoría gobernante ha alcanzado una perfección encomiable". En un momento de su intervención, Vidal-Quadras manifestó que no tenía ningún problema en definirse como catalán y espafiol, y le recordó a Pujol que, en un libro, éste había expuesto sus dudas de que fueran compatibles ambos conceptos. Pujol rehuyó dar respuesta directa a esta cuestión.

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