El edificio histórico derribado hace un mes es ahora un foco de drogadicción

El solar del número 20 de la calle Concepción Jerónima, en el distrito de Centro, se ha convertido en un foco de drogadicción. En ese mismo terreno, hoy sembrado de jeringuillas, zapatos viejos, cartones y dos colchones, estuvo durante un siglo y hasta hace un mes un taller marmolista cuya fachada, a pesar de estar protegida por el Plan General de Urbanismo, fue derribada por una empresa textil. Hoy, en lugar de una fachada de mármol decorada con arcos y columnas, cuelga un toldo de lona azul fácil de traspasar y que oculta el movimiento interior.Manuel Luna es uno de los propietarios de Almac...

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El solar del número 20 de la calle Concepción Jerónima, en el distrito de Centro, se ha convertido en un foco de drogadicción. En ese mismo terreno, hoy sembrado de jeringuillas, zapatos viejos, cartones y dos colchones, estuvo durante un siglo y hasta hace un mes un taller marmolista cuya fachada, a pesar de estar protegida por el Plan General de Urbanismo, fue derribada por una empresa textil. Hoy, en lugar de una fachada de mármol decorada con arcos y columnas, cuelga un toldo de lona azul fácil de traspasar y que oculta el movimiento interior.Manuel Luna es uno de los propietarios de Almacenes Luna, en el número 26 de Concepción Jerónima. "El solar se ha convertido en un lugar ideal para que los yonquis vengan a todas horas a pincharse. Lo hemos denunciado a la policía porque incluso una noche se vio a un grupo que estaban desnudos y que estaban dando el espectáculo", dice.

"Nosotros sólo queremos que tapien el solar para que no se convierta en el nuevo foco de los drogadictos que llegan desde la Plaza de Benavente o de otros sitios de donde les están echando", añade Luna. Él llegó hace 33 años a esta calle, cuando el número 20 estaba ocupado por un próspero negocio: Mármoles Molina, que hace tres años se cerró y se puso a la venta.

La fachada de este taller de mármoles fue derribada durante el pasado puente de la Paloma, en el mes de agosto, por una empresa de ropa de cama y mesa llamada Día Textil, SA. Esta empresa tenía una licencia para construir en parte del edificio, pero respetando el viejo taller de mármoles. Sin embargo, derribaron el interior y luego la fachada.

"Al tirar la fachada han hecho el negocio del siglo. El valor del solar se ha triplicado", dice uno de los comerciantes vecinos que en su día intentó comprar Mármoles Molina por 50 millones de pesetas.

Por su parte el concejal de Centro, Ángel Matanzo, dice que la obra está suspendida: "Han cometido una infracción urbanística grave. Se trata de clara especulación, y eso no se puede tolerar", afirma. Sobre la presencia de yonquis, Matanzo señaló: "El desalojo de drogadictos e indigentes es responsabilidad de la policía y de los dueños del solar".

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