Ladrones de cabello atacan a colegialas en Brasil

Desde hace algunas semanas, muchos de los ladrones que pululan por las calles de las grandes metrópolis brasileñas parecen haber perdido su interés por carteras, relojes y anillos ajenos y prefieren ahora robar los cabellos de jóvenes colegialas, un nuevo y original botín que luego revenden a peluqueros o a fabricantes de pelucas, según una primera apreciación de la policía brasileña.Los bandidos acechan a sus víctimas en las inmediaciones de los colegios privados, merodean en las discotecas juveniles o simplemente rondan por las calles en busca de muchachas de cabellos largos, a quienes ataca...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde hace algunas semanas, muchos de los ladrones que pululan por las calles de las grandes metrópolis brasileñas parecen haber perdido su interés por carteras, relojes y anillos ajenos y prefieren ahora robar los cabellos de jóvenes colegialas, un nuevo y original botín que luego revenden a peluqueros o a fabricantes de pelucas, según una primera apreciación de la policía brasileña.Los bandidos acechan a sus víctimas en las inmediaciones de los colegios privados, merodean en las discotecas juveniles o simplemente rondan por las calles en busca de muchachas de cabellos largos, a quienes atacan armados no con cuchillos ni revólveres, sino con afiladas y potentes tijeras.

Según relatos de víctimas y testigos, los ladrones suelen atacar en parejas: mientras uno inmoviliza a la víctima, el otro le extiende el cabello hacia atrás y se lo corta rápidamente.

Las alumnas de los colegios privados de Río de Janeiro se confiesan aterrorizadas ante el peligro de los originales ladrones; algunas muchachas han optado por recogerse el pelo en rodetes; muchas lo esconden bajo el cuello de las blusas, a pesar del calor, y otras incluso han preferido cortárselo para no ser objeto de un atraco.

Trasplante de córnea

"Estoy aterrorizada; si ahora nos cortan el cabello para venderlo, cualquier día pueden arrancarnos los ojos, pues una córnea para trasplante cuesta 200 millones de cruceiros" (unos 45 millones de pesetas), comentó a un diario local una colegiala que, a despecho del calor reinante, escondía discretamente su cabellera debajo de su chaqueta.

Los ladrones de cabellos aparecieron hace aproximadamente un mes en el centro de Belo Horizonte, la capital del Estado brasileño de Minas Gerais, y esta semana la nueva modalidad delictiva llegó al barrio de Tijuca, en Río de Janeiro, donde varias luengas cabelleras abandonaron por la fuerza la cabeza de sus jóvenes propietarias.

Una investigación realizada por reporteros del diario matutino carioca O Globo reveló que las estudiantes brasileñas no son las únicas víctimas de los ladrones de cabelleras. En los últimos 12 meses, fue objeto de robo la fábrica de pelucas Lady, una de las mayores del país. Los ladrones sólo se llevaron los postizos, despreciando el dinero de la. caja y las alhajas de las clientas que se encontraban en el momento del atraco.

La gerenta de esta fábrica de pelucas comentó que el creciente interés de los ladrones por pelucas y cabellos coincide con el auge en Brasil de una técnica para paliar la calvicie llamada interlace, que consiste en el entrelazamiento y la fijación en el cuero cabelludo de cabellos procedentes de otras personas.

Archivado En