Clases particulares

La Bolsa es evidente, ha suspendido el curso o, cuando menos, este trimeste, por lo que parecen necesarias las clases particulares. Telefónica se erigió en modelo voluntario de lo que debe ser un mercado de valores, aunque la escala pueda parecer reducida al tratarse de un solo valor. Los cerca de 3.000 millones de pesetas que negociaron las matildes tampoco tienen demasiada justificación, pero en cualquier caso son la respuesta del mercado ante una serie de alicientes, algo que la mayoría de las sociedades que contratan en esta Bolsa han olvidado.La jornada se caracterizó por ser una c...

La Bolsa es evidente, ha suspendido el curso o, cuando menos, este trimeste, por lo que parecen necesarias las clases particulares. Telefónica se erigió en modelo voluntario de lo que debe ser un mercado de valores, aunque la escala pueda parecer reducida al tratarse de un solo valor. Los cerca de 3.000 millones de pesetas que negociaron las matildes tampoco tienen demasiada justificación, pero en cualquier caso son la respuesta del mercado ante una serie de alicientes, algo que la mayoría de las sociedades que contratan en esta Bolsa han olvidado.La jornada se caracterizó por ser una copia fiel de las anteriores, esto es, mantuvo esa falta de decisión de papel y dinero sobre lo que hay que hacer para mantenerse en el mercado sacando algún provecho. Si las posiciones de compra y venta no consiguieron definir la sesión, hay que tomar buena nota de que los avances de Tokio y Wall Street tampoco lograron variar las cosas, lo que descarta cualquier influencia en esta Bolsa de los mercados internacionales. Al final, no queda más remedio que insistir en la falta de definición del mercado, pues los casos aislados no pasan de ser simples anécdotas y suelen incidir poco en el comportamiento a medio plazo. El índice registró la mejoría habitual del cierre y terminó con un recorte de 24 centésimas.