Leguina 'autoriza' al alcalde una revisión profunda del urbanismo que diseñó el PSOE

Se dieron la mano, pero se ocultaron las cartas. En la cumbre de ayer, los responsables de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, Joaquín Leguina y José María Álvarez del Manzano, se entendieron en lo secundario y optaron por crear comisiones para los asuntos más ásperos: urbanismo y transporte. El alcalde, que quiere un nuevo plan general de urbanismo, consiguió que Leguina, que sólo desea retocar el actual, se acercara tímidamente a su posición: "Me dijo que la revisión puede ser profunda" comentó. Pero la comunidad tiene reservas hasta que el PP revele sus intenciones.

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Se dieron la mano, pero se ocultaron las cartas. En la cumbre de ayer, los responsables de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, Joaquín Leguina y José María Álvarez del Manzano, se entendieron en lo secundario y optaron por crear comisiones para los asuntos más ásperos: urbanismo y transporte. El alcalde, que quiere un nuevo plan general de urbanismo, consiguió que Leguina, que sólo desea retocar el actual, se acercara tímidamente a su posición: "Me dijo que la revisión puede ser profunda" comentó. Pero la comunidad tiene reservas hasta que el PP revele sus intenciones.

El alcalde de Madrid y el presidente regional acordaron ayer verse con regularidad para analizar sin interferencias la marcha de los asuntos comunes. Para eso y para establecer "un frente unido contra una posible paralización de las inversiones en infraestructuras", según comentó Álvarez del Manzano, que ya fue prevenido la pasada semana por Felipe González de que el ajuste presupuestario también afectará a Madrid.Según la versión del alcalde, hay pareceres similares en determinadas cuestiones: que la ley especial de Madrid -que compensaría a la ciudad de los gastos derivados de la capitalidad- es prioritaria, que las inversiones en cercanías no se pueden paralizar, que la lucha contra la droga debe ser conjunta o que el distrito Centro tiene que ser recuperado con una operación especial.

Batallas pendientes

Pero las declaraciones de buena vecindad aún no han pasado por dos pruebas de fuego: qué participación corresponde a cada Administración en el Consorcio Regional de Transportes y cuál debe ser el futuro planeamiento urbanístico de Madrid. Leguina y Álvarez del Manzano hablaron de ello, pero eludieron la batalla. Las disputas se producirán en dos comisiones que se crearán en breve.Las divergencias sobre el transporte datan de 1985, cuando el Ayuntamiento socialista aprobó entrar en el Consorcio de Transportes, órgano dependiente de la comunidad y con plenas competencias en la materia. Desde entonces, el PP critica la escasa capacidad de maniobra que el municipio tiene en el consorcio. Y hay muchos asuntos pendientes, como la gerencia -el actual gerente, Julián Revenga, ha sido nombrado consejero de Transportes y puede designar a su sucesor- o el responsable del Metro -que debe proponer el Ayuntamiento y ratificar el consorcio- La cuota de poder de cada institución será, no obstante, el telón de fondo.

La batalla urbanística resultará también difícil. Leguina no está dispuesto a renunciar a los proyectos elaborados por Eduardo Mangada cuando era consejero de Política Territorial. Sin embargo, el PP no cree en algunos de ellos, como la Operación Campamento, el área militar junto a la N-V que el PSOE regional quiere convertir en una gran zona de oficinas.

Y es que las posiciones del PSOE y del PP divergen desde un principio. Los socialistas creen que el planeamiento actual sirve. Con modificaciones concretas, el Gobierno regional puede encajar Campamento y las 50.000 viviendas sociales que ha previsto para Madrid. A los populares, el documento, elaborado por el PSOE en 19851 no les basta. "Hay que generar suelo" [recalificar para poder edificar], comentó el alcalde. "Pero algo hemos avanzado", añadió. "Leguina dijo que la revisión puede ser profunda".

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El Ayuntamiento dibujará su ciudad en un borrador, y antes de hacerlo oficial se lo ofrecerá a la Comunidad, que tiene la última palabra. Mientras, se pondrá en marcha una comisión para "hablar despacio", según el alcalde.

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