Tribuna:

Guardar la ropa

La jet set se divierte en Marbella, los extranjeros se emborrachan plácidamente en la costa mediterránea, Carl Lewis supera en velocidad al mismísimo viento y los rusos se recuperan del golpe de Estado. El mes de agosto ha transcurrido animadamente. Los que están de vacaciones, por estarlo. Los que no lo están -como los rusos, los bielorrusos o los lituanos- han tenido que enfrentarse con serios problemas.El caso de la Bolsa es intermedio. Casi está de vacaciones, pero tampoco puede cerrar del todo, como demuestran las convulsiones de la semana pasada. Los inversores pueden nadar en la ...

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La jet set se divierte en Marbella, los extranjeros se emborrachan plácidamente en la costa mediterránea, Carl Lewis supera en velocidad al mismísimo viento y los rusos se recuperan del golpe de Estado. El mes de agosto ha transcurrido animadamente. Los que están de vacaciones, por estarlo. Los que no lo están -como los rusos, los bielorrusos o los lituanos- han tenido que enfrentarse con serios problemas.El caso de la Bolsa es intermedio. Casi está de vacaciones, pero tampoco puede cerrar del todo, como demuestran las convulsiones de la semana pasada. Los inversores pueden nadar en la playa, pero guardando la ropa. Pueden dormir la siesta, pero siempre con un ojo abierto.

La sesión de ayer en la Bolsa de Barcelona se caracterizó por el regreso a la normalidad. Y la normalidad, en la época estival, es la atonía, el escaso volumen de contratación y una tendencia no muy marcada, ni al alza, ni a la baja. La sesión cerró con una subida moderada, en la que destacaron como sectores que tiraron del mercado los de inversión mobiliaria, textiles y papeleras, y como único grupo remiso al alza el de alimentación.

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