Los vecinos consiguen que el Parque de Atracciones cierre antes y rebaje sus ruidos

Las protestas de los vecinos del barrio de Batán, donde viven unas 20.000 personas, han dado sus frutos. El concejal del distrito de Latina, Sigfrido Herráez, y el gerente del Parque de Atracciones, Cecilio Caparrini, llegaron ayer a un acuerdo para corregir los problemas, especialmente de ruidos, que provoca el parque desde hace ocho años.

Las protestas en Batán por las molestias que ocasiona el Parque de Atracciones, situado en esta zona de Madrid, se han dirigido desde la asociación de vecinos 3, llevan generándose desde hace ocho años. Las medidas acordadas ayer, que ya fueron puest...

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Las protestas de los vecinos del barrio de Batán, donde viven unas 20.000 personas, han dado sus frutos. El concejal del distrito de Latina, Sigfrido Herráez, y el gerente del Parque de Atracciones, Cecilio Caparrini, llegaron ayer a un acuerdo para corregir los problemas, especialmente de ruidos, que provoca el parque desde hace ocho años.

Las protestas en Batán por las molestias que ocasiona el Parque de Atracciones, situado en esta zona de Madrid, se han dirigido desde la asociación de vecinos 3, llevan generándose desde hace ocho años. Las medidas acordadas ayer, que ya fueron puestas en práctica por la gerencia del parque el pasado fin de semana, reducirán la emisión de ruidos nocturnos, que en muchos casos superaban en 10 decibelios el límite establecido por el AyuntamientoJulio Millán, portavoz de esta asociación, señaló a Servimedia que las agresiones acústicas son continuas, que les impedían con sueño en verano y que llegan provocadas por los servicios de megafonía del parque y por algunos efectos y músicas de las atracciones. Millán se quejó también de que numerosos automovilistas aparcan sus coches junto a las casas del barrio.

Con el pacto entre el Ayuntamiento, la gerencia del parque y los vecinos se conseguirá suprimir la megafonía interna a partir de las doce de la noche; reducir el nivel de ruidos general a la hora de la siesta y respetar los horarios de cierre del recinto, fijados en la una de la madrugada los días laborales y en las tres los fines de semana.

Entre las medidas que ya había adoptado el parque figuraban la su presión de las bocinas, sirenas y alarmas desde medianoche, así como algunos efectos especiales como el grito de Tarzán del Pasaje de la Jungla.

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