La Junta de Andalucía concedió 370 tragaperras a una firma desconocida
La delegación de Gobernación en Sevilla de la Junta de Andalucía tardó en 1987 sólo nueve días en adjudicar 370 licencias para la explotación de máquinas tragaperras a una empresa (Recreativos Astigi) con un mes de antigüedad, desconocida en el sector y que ni siquiera había depositado dentro del plazo legal la fianza exigida, según reconoció ayer ante el Parlamento el consejero de Gobernación, Ángel Martín Lagos.
La oposición pidió sin resultado la creación de una comisión de investigación, al considerar que existieron "graves irregularidades". Estas "graves irregularidades" llevaron a...
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La delegación de Gobernación en Sevilla de la Junta de Andalucía tardó en 1987 sólo nueve días en adjudicar 370 licencias para la explotación de máquinas tragaperras a una empresa (Recreativos Astigi) con un mes de antigüedad, desconocida en el sector y que ni siquiera había depositado dentro del plazo legal la fianza exigida, según reconoció ayer ante el Parlamento el consejero de Gobernación, Ángel Martín Lagos.
La oposición pidió sin resultado la creación de una comisión de investigación, al considerar que existieron "graves irregularidades". Estas "graves irregularidades" llevaron al juez Ángel Márquez a la detención del delegado de Gobernación, Francisco Morillo, y del propietario de Recreativos Astigi, Manuel Alejandro Mora, quienes se encuentran en libertad bajo fianza.El consejero Angel Martín Lagos dijo ayer, que la actuación de Morillo, en la actualidad. relevado del cargo, "tuvo un apoyo legal plenamente ajustado a derecho".
El consejero admitió que el propietario de Recreativos Astigi no depositó la fianza de un millón de pese las hasta el 4 de febrero de 1988, cinco meses después de que fuese registrada su constitución, incumpliendo por tanto el preceptivo plazo de 30 días.
Durante el debate, el portavoz socialista, Enrique Linde, consejero de Gobernación cuando se concedieron las licencias, criticó al juez Ángel Márquez: "No creo en la, infalibilidad del juez, cuya actuación en la detención de Francisco Morillo me parece inexplicable".