La empresa informática japonesa NEC adquiere un 4,7% de la francesa Bull

Edith Cresson, primera ministra francesa y defensora férrea de la industria europea, tuvo que ceder. El grupo informático francés Bull, en el que el Gobierno tiene un 93% del capital, concluyó un acuerdo con la compañía japonesa NEC mediante el que ésta adquirirá un 4,7% de la Compañía de Máquinas Bull. El Gobierno galo guardará una opción de compra sobre ese porcentaje adquirido por NEC.

El acuerdo, según ha manifestado Francis Lorentz, se mantiene en los mismos términos del que se iba a firmar antes de que asumiera el cargo de primera ministra Edith Cresson. Sólo una diferencia es...

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Edith Cresson, primera ministra francesa y defensora férrea de la industria europea, tuvo que ceder. El grupo informático francés Bull, en el que el Gobierno tiene un 93% del capital, concluyó un acuerdo con la compañía japonesa NEC mediante el que ésta adquirirá un 4,7% de la Compañía de Máquinas Bull. El Gobierno galo guardará una opción de compra sobre ese porcentaje adquirido por NEC.

El acuerdo, según ha manifestado Francis Lorentz, se mantiene en los mismos términos del que se iba a firmar antes de que asumiera el cargo de primera ministra Edith Cresson. Sólo una diferencia es destacable: la opción de compra que ahora tendrá el gobierno francés y que no existía en el principio de acuerdo anterior firmado entre las dos empresas informáticas.El acuerdo entre las dos compañías se basa en un canje. La entrada de los japoneses en Bull se hace como intercambio de la participación que ya tiene NEC en la filial norteamericana de la sociedad gala, denominada Bull HN. Dicha participación se fija en un 15%.

En opinión de Lorentz la operación era absolutamente necesaria para el plan de reestructuración de la empresa francesa. Un amplio plan de modernización que implicará una reducción de 8.500 empleos con la vista puesta en incrementar sus beneficios en 1992. Las pérdidas en 1990 alcanzaron una cifra que supera los 1.000 millones de dólares.

La primera ministra gala, que desde hace años mantiene una preocupación constante por la penetración de la industria japonesa informática en Europa, se opuso, antes de asumir la jefatura del Ejecutivo, a esta operación. Pero, según palabras de Lorentz, "después de muchas explicaciones, el gobierno francés se ha dado cuenta de que la operación no supone ningún riesgo para la independencia de la industria informática nacional". El presidente de Bull es partidario desde hace tiempo de esta operación que puede sanear la economía de su empresa.

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