Repoblaciones e incendios forestales
En los siglos XVIII y XIX, nuestros montes estaban poblados de robles, hayas, castaños y otras especies, cubriendo la casi totalidad de nuestro territorio. Por diferentes causas (pastoreo, cortas abusivas, incendios y un largo etcétera), actualmente están desar, bolados y en plena ruina.Como contrapunto recordemos Las Landas francesas a principios del pasado siglo (un frente de unos 200 kilómetros de litoral atlántico de la Aquitania francesa), en que sus dunas y sus arenas movedizas avanzaban hacia el interior a una veocidad de varios metros por año.
Se frenaron las dunas y luego se...
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En los siglos XVIII y XIX, nuestros montes estaban poblados de robles, hayas, castaños y otras especies, cubriendo la casi totalidad de nuestro territorio. Por diferentes causas (pastoreo, cortas abusivas, incendios y un largo etcétera), actualmente están desar, bolados y en plena ruina.Como contrapunto recordemos Las Landas francesas a principios del pasado siglo (un frente de unos 200 kilómetros de litoral atlántico de la Aquitania francesa), en que sus dunas y sus arenas movedizas avanzaban hacia el interior a una veocidad de varios metros por año.
Se frenaron las dunas y luego se sujetaron precisamente con repoblaciones forestales de especies colonizadoras, principalmente a base de resinosas, que, junto con ciertas variedades de eucalipto, son los enemigos para algunos autodenominados ecologistas, por ser especies causantes de "la desertización de los montes".
Como consecuencia de esta colonización, hoy en Las Landas son realidad unas magníficas tierras agrícolas, cada año con mayor productividad, gracias a la técnica agrícola moderna aplicada por términos competentes.
De incendios forestales, nada.
Después de la catástrofe de mediados del presente siglo, en que se arrasaron miles de hectáreas y perecieron decenas de vidas humanas, Las Landas francesas aparecen cuadriculadas por caminos forestales, con torres de observación que dminan la totalidad de la superficie repoblada, con numerosos parques de bomberos forestales que acuden rápidamente en número suficiente, de material y hombres, cuando se inicia un fuego, controlándolo rápidamente, con el éxito que ello supone.-