Cartas al director

El Insalud de Pozuelo

El día 6 de junio de 1991, en la página 2 del suplemento Madrid, el profesional de su medio Luis Esteban firma una crónica en la que los principios básicos de la objetividad y de la realidad brillan por su ausencia, convirtiéndose en información tendenciosa y sesgada.En primer lugar, con el titulo de la columna se inventa una figura que no existe como tal: responsable del Insalud de Pozuelo. ¿Qué es eso? Se refiere con ese calificativo, en realidad, a José María Arribas Blanco, médico de familia con responsabilidad en la dirección del Centro de Salud de Pozuelo por ser coordinado...

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El día 6 de junio de 1991, en la página 2 del suplemento Madrid, el profesional de su medio Luis Esteban firma una crónica en la que los principios básicos de la objetividad y de la realidad brillan por su ausencia, convirtiéndose en información tendenciosa y sesgada.En primer lugar, con el titulo de la columna se inventa una figura que no existe como tal: responsable del Insalud de Pozuelo. ¿Qué es eso? Se refiere con ese calificativo, en realidad, a José María Arribas Blanco, médico de familia con responsabilidad en la dirección del Centro de Salud de Pozuelo por ser coordinador del mismo (elegido por votación de los trabajadores del centro), y que, como todo el personal de dicho centro, es empleado de una empresa pública que se llama Insalud. Parece igual, pero no es lo mismo; no manipulemos las cosas.

Todo el flujo de información surge ante una serie de reivindicaciones laborales de algunas enfermeras del centro de salud y en las cuales no entro, y que en cualquier caso me merecen respeto. Sin embargo, no hay que confundirse ni confundir a los lectores; el centro de salud que hasta el momento he tenido la responsabilidad de dirigir es una institución seria de trabajo en donde se desarrollan labores de asistencia sanitaria a los pacientes y funciones de docencia e investigación. Otras actividades de diferente índole es obvio que deben realizarse en los lugares oportunos y no en el centro de salud.

Por otro lado, la paciente que espontáneamente recogía firmas (representante de Cáritas de Pozuelo) no acudió al centro requiriendo los servicios a los que como paciente tiene derecho, sino que, con organización previa, con algunas enfermeras, se dispuso, sin informar ni solicitar previamente permiso, a realizar una labor dentro del recinto que está fuera de lugar y que, utilizando materiales asistenciales del propio centro, entorpecía y posiblemente podría molestar a los verdaderos pacientes y trabajadores del centro de salud; como dato anecdótico de la lógica de su actuación, ésta la realizaba mientras fumaba dentro del recinto sanitario.

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Los malos modos que se me atribuyen fueron:

1. Pedir explicaciones a la citada señora, Josefa Zamora.

2. Invitarla a que se fuera del centro, ya que sus explicaciones no fueron satisfactorias. Dicha invitación a salir fuera del centro no fue atendida, por lo que de nuevo, con tono más enérgico, le indiqué que se fuera, siempre, por mi parte, sin implicar a nadie del centro; por tanto, no es posible que los trabajadores hicieran caso omiso a alguna orden, como indica en su crónica.

Así pues, don Luis Esteban, la información, al igual que la asistencia sanitaria o cualquier actividad que se realice con profesionalidad, debe tener seriedad y rigor. No confundamos la verdad y la objetividad con otras cosas que están fuera de contexto.

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