El Ayuntamiento incita al desguace de un coche en perfecto uso al señalarlo como abandonado

Mari Luz Pérez era una ciudadana ejemplar: sólo tomaba el coche los fines de semana. De lunes a viernes, un abarrotado autobús la llevaba a su trabajo en el hospital. Cada mañana echaba un vistazo a su reluciente automóvil, siempre aparcado en las calles cercanas a su casa. Pero un día su Renault 5 blanco, se había convertido en un chasis desguazado que se apoyaba, sin ruedas, sobre el asfalto. "Tenía 60.000 kilómetros y estaba, el día anterior, en perfectas condiciones", asegura su dueña. El Ayuntamiento le había colocado el adhesivo verde que lo distingue como abandonado.

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Mari Luz Pérez era una ciudadana ejemplar: sólo tomaba el coche los fines de semana. De lunes a viernes, un abarrotado autobús la llevaba a su trabajo en el hospital. Cada mañana echaba un vistazo a su reluciente automóvil, siempre aparcado en las calles cercanas a su casa. Pero un día su Renault 5 blanco, se había convertido en un chasis desguazado que se apoyaba, sin ruedas, sobre el asfalto. "Tenía 60.000 kilómetros y estaba, el día anterior, en perfectas condiciones", asegura su dueña. El Ayuntamiento le había colocado el adhesivo verde que lo distingue como abandonado.

Al coche le habían sustraído los faros, embellecedores, neumáticos, retrovisores y la baca. El maletero permanecía abierto y estaba vacío. De repente, descubrió un cartel verde en el parabrisas trasero, con fecha del día anterior, del servicio municipal de recogida de vehículos abandonados, en donde se le avisaba de la próxima retirada del coche por abandono.Para Mari Luz Pérez esta nota incitó a los buscadores de repuestos a desvencijar su auto. La desafortunada ciudadana afirma: "Me quedé de piedra cuando vi mi automóvil destrozado y el cartelito en el cristal. No entendía nada. Hacía muy poco que había pasado, sin problemas, la inspección técnica de vehículos ITV.

Odisea burocrátrica

Esa misma mañana denunció los hechos en comisaría. Luego se marchó a las oficinas del seguro para intentar llegar a un acuerdo con la compañía. Lo logró: al día siguiente una grúa de la aseguradora se llevaría el coche y lo arreglaría."El seguro lo pagaba todo menos las ruedas. Todo se estaba arreglando", asevera. Pero al día siguiente, cuando la grúa intentaba levantar el vehículo, se dio cuenta de que esa noche le habían robado el motor.

Por supuesto, interpuso otra denuncia en comisaría, nuevos acuerdos con el seguro (ya imposibles, pues los peritos calificaban el siniestro como total), quejas al Ayuntamiento y a los responsables de Tráfico.

"Al cabo de unos meses recibo una carta del director de servicio de la Policía, Emilio Monteagudo. En ella me dice que mi coche no aparece ni como retirado ni como denunciado en los ordenadores municipales", afirma.

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Mari Luz Perez, perpleja, se pregunta por qué le colocaron a su auto el cartel de abandonado, por qué nadie le avisó, por qué no consta el intento de retirar el coche en los ordenadores municipales, y a quién tiene que reclamar. De su aventura ha sacado unas 55.000 pesetas del seguro, por siniestro total, un montón de letras para pagar un nuevo vehículo, un sofocón y una carta, que quiere enviar al Defensor del Pueblo.

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