Las fuerzas de reacción rápida de la OTAN intervendrán fuera de zona si hay acuerdo aliado

Las nuevas fuerzas de reacción rápida de la OTAN "podrán intervenir en el exterior, fuera de zona, si los 16 aliados están de acuerdo, pero es poco probable", manifestó ayer en Bruselas el secretario general de la Alianza Atlántica, Manfred Wörner. Los ministros de Defensa de la OTAN expresan en el comunicado final de la reunión su preocupación por "la evolución política que conoce la URSS", mientras "los países de Europa central y oriental están sometidos a presiones políticas, sociales, económicas y étnicas que amenazan con engendrar crisis perjudiciales a la estabilidad general de Europa"....

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Las nuevas fuerzas de reacción rápida de la OTAN "podrán intervenir en el exterior, fuera de zona, si los 16 aliados están de acuerdo, pero es poco probable", manifestó ayer en Bruselas el secretario general de la Alianza Atlántica, Manfred Wörner. Los ministros de Defensa de la OTAN expresan en el comunicado final de la reunión su preocupación por "la evolución política que conoce la URSS", mientras "los países de Europa central y oriental están sometidos a presiones políticas, sociales, económicas y étnicas que amenazan con engendrar crisis perjudiciales a la estabilidad general de Europa".

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Las fuerzas de reacción rápida, un cuerpo a crear, de carácter multinacional y bajo mando británico, contará con cuatro divisiones, a las que se añadirá probablemente otra más norteamericana "con aviones y helicópteros de combate y también unidades de tierra", según declaró el secretario de Defensa estadounidense, Dick Cheney. Una de las divisiones, en la que participará España, estará dedicada a proteger el flanco sur y el general que la mande será probablemente italiano.La reestructuración del aparato militar aliado obedece a la adaptación de la Alianza al fin de la guerra fría y al desmantelamiento del Pacto de Varsovia, pero tiene como objetivo aumentar la eficacia militar y mantener la capacidad de disuasión de la OTAN. Los países europeos tendrán que incrementar su esfuerzo y el presupuesto de defensa, al menos a corto plazo, para sustituir el abandono de dos tercios de los 300.000 norteamericanos presentes en Europa hasta la guerra del Golfo.

Dentro de las fuerzas de reacción rápida habrá alguna brigada supermóvil, de intervención inmediata, pero "todas ellas podrán ser desplegadas desde el Ártico al Mediterráneo en una semana", según fuentes militares.

La voluntad de la OTAN es continuar apoyando los procesos de democratización en el Este, afirmó Wörner, pero "no sabemos lo que pasará mañana en la URSS o en Yugoslavia". Las nuevas Fuerzas de reacción rápida servirán para responder "a la amplitud, diversidad e imprevisibilidad de los riesgos eventuales para la Alianza".

Los países europeos, señaló Wörner, podrán utilizar las divisiones de reacción rapida "allí donde la OTAN no vaya a intervenir". Esta capacidad e doble uso o de empleo eventual bajo el sombrero de la Union Europea Occidental (UEO) no significa una concesión al pilar europeo. En realidad, el nuevo esquema obedece a la tesis norteamericana de que cualquier nuevo foro habrá de reforzar la Alianza. Sobre la identidad europea de defensa "existen conceptos divergentes y no hay consenso sobre el papel a jugar por la UEO", manifesté, el ministro español, Jullán García Vargas.

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Dick Cheney aseguré que la presencia militar nortearnericana "seguirá siendo muy importante", y el propio secretario general de la OTAN fue todavía más explícito. La identidad europea de defensa, dijo, tiene que ser para "reforzar la cohesión de todos y no sólo de los que pertenecen a una organización particular" (en referencia a la Comunidad Europea). A la UEO sólo pertenecen nueve miembros de la CE (no están Grecia, Dinamarca e Irlanda) y "no podemos aceptar que los otros países europeos de la OTAN queden margiriados, porque el pilar europeo debe tener en cuenta a todos", incluidos Noruega, Islandía y Turquía.

El papel de la política de seguridad y defensa de la CE, según el diseño de la OTAN, quedará reducido, pues, a llevar a cabo cualquier decisión de intervenir en otro país con la que los Doce estén de acuerdo, y sólo cuando en la OTAN no haya consenso de hacerlo. Pero siempre, precisó Wörner, "después de consultas muy intensas entre los aliados".

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