Nuevos actos de violencia en los suburbios de París

El comienzo del debate parlamentario sobre la llamada "ley anti-guetos" no ha impedido que la violencia continúe extendiéndose por los suburbios de las grandes ciudades francesas. En la madrugada de ayer, grupos de jóvenes incendiaron numerosos comercios en la ciudad-dormitorio de Mureaux, en las afueras de París. Esta vez, el método empleado por los revoltosos consistió en robar coches, arrojarlos sobre los escaparates y luego prenderles fuego.Mureaux se encuentra a unos cuantos kilómetros de distancia de Mantes-la-Jolie, localidad en cuya comisaría falleció el pasado lunes Alsa Ihich, un mag...

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El comienzo del debate parlamentario sobre la llamada "ley anti-guetos" no ha impedido que la violencia continúe extendiéndose por los suburbios de las grandes ciudades francesas. En la madrugada de ayer, grupos de jóvenes incendiaron numerosos comercios en la ciudad-dormitorio de Mureaux, en las afueras de París. Esta vez, el método empleado por los revoltosos consistió en robar coches, arrojarlos sobre los escaparates y luego prenderles fuego.Mureaux se encuentra a unos cuantos kilómetros de distancia de Mantes-la-Jolie, localidad en cuya comisaría falleció el pasado lunes Alsa Ihich, un magrebí de 18 años que había sido detenido durante los disturbios que el fin de semana alteraron la vida de numerosos suburbios franceses. Los padres del fallecido y la Liga de Derechos Humanos han acusado a la policía de no haber facilitado la debida atención médica al detenido, que padecía de asma.

En la noche del pasado martes, Edith Cresson se desplazó a Mantes-la-Jolie para visitar a los familiares de Alsa Ihich. La nueva primera ministra afirmó que seguía de cerca el asunto y que velaba para que se "haga justicia con toda serenidad". Horas antes, Philippe Marchand, ministro del Interior, había proclamado que, de probarse la existencia de "un error policial", él sería "intrasigente" con sus autores. Está probado que la policía se negó a administrar a Alsa Ihich los medicamentos que una de sus hermanas llevó personalmente a la comisaría.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional francesa continúa el debate de la Ley de Orientación de la Ciudad presentada por el ministro Michel Delebarre. Esa ley, llamada "anti-guetos", obliga a los ayuntamientos franceses a promover la construcción de viviendas sociales y a integrar éstas en barrios donde existan otras de promoción privada. La oposición ha criticado el hecho de que esa ley sólo contempla el aspecto de las viviendas sociales y olvida el empleo, la formación, los transportes.

La discusión y votación de esta ley es la primera prueba de fuego parlamentaria del Gobierno francés dirigido desde hace dos semanas por Edith Cresson.

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